La Policía de la Ciudad de Buenos Aires, según la Coordinadora contra la Represión Policial (CORREPI), fue acusada de 121 fusilamientos por "gatillo fácil" en los últimos cinco años. En términos de violencia institucional, las víctimas más comunes tienen entre 15 a 25 años y pertenecen a las clases más humildes.
Según el CELS, las fuerzas federales son responsables del 38,10% de los casos, la Policía de la provincia de Buenos Aires acumula un 31,75% y la Policía de la Ciudad un 25,40%.
"Son muchos casos, desgraciadamente desde que empezó la democracia tampoco hemos podido terminar con este avasallamiento de la policía y la fuerza; deberíamos debatir mucho de la seguridad que queremos", dijo Roxana Cainzos, la mamá de Nehuén Rodríguez, quien fue atropellado por oficiales de la metropolitana.
Casos de gatillo fácil
Nehuén estaba conduciendo una motocicleta de regreso a su casa, cuando con luz verde a su favor, fue atropellado por un móvil policial que lo arrastró más de 20 metros. Su madre declaró que las cámaras de seguridad mostraron cómo los oficiales cercaron el lugar durante 45 minutos antes de llevarlo al Hospital Argerich, donde falleció por sus heridas.
"Pudimos ver cómo el oficial que estaba a cargo, salió hasta la esquina, fríamente y sin ver a mi hijo", atestiguó Cainzos.
En septiembre del 2002 también se dio uno de los casos más reconocidos de violencia institucional: Ezequiel Demonty fue detenido y obligado por agentes de la Policía Federal Argentina a cruzar el Riachuelo desde Pompeya hasta Valentín Alsina. El joven, quien tenía 18 años, murió ahogado en el recorrido ya que no sabía nadar. La Policía sostuvo que Demonty y sus amigos habían sido denunciados por el robo de una bicicleta, pero este cargo fue pronto desmentido. Tres agentes involucrados fueron condenados a prisión perpetua, mientras otros seis involucrados recibieron penas de entre 3 y 5 años por omisión de evitar los delitos cometidos.
"El recorrido es muy duro. Seguimos sintiendo el mismo dolor del primer día. La invención de causas es una práctica de las fuerzas de seguridad en el tiempo que sea, ya sea dictadura o gobierno neoliberal. A Ezequiel le inventaron que se quiso robar una bicicleta, un taxi, después que le quiso robar a alguien que salía de trabajar. Siempre que hay un pibe de barrio se lo quiere culpar", había declarado en entrevista Leonardo Demonty, hermano de la víctima.