El asesinato de Lucio Dupuy, un nene de 5 años que murió en manos de su madre Magdalena Expósito Valenti y su pareja, Abigail Páez, provocó rechazo y conmoción general. Pero también abrió una puerta: se destiló mucho odio hacia las lesbianas. “La sensibilidad del caso prendió un prejuicio ya existente, la gente quiso encontrarle una explicación y volcó esas razones a lo que cree más excepcional", explicó la socióloga Sol Minoldo y luego agregó: "Que las asesinas sean lesbianas no tiene nada que ver. Tenemos que desterrar esa idea porque alimenta una violencia a nivel social, promueve estigmas que sufren muchísimas personas”.
“Escuché en muchos lugares, donde querían desacreditar el discurso feminista, que ‘la violencia no tiene género’. Sí, sí que tiene. El caso de Lucio es distinto, pero eso no niega que las formas de violencia familiar estén asociadas a las desigualdades de género e interpretaciones de la masculinidad vinculadas a la violencia", afirmó Minoldo. "De hecho, el maltrato infantil es una realidad que trasciende a este caso y que en general tiene características distintas. El 90% de las agresiones infantiles son perpetradas por padres o padrastros, y solo el 10% son provocadas por las madres. Esta situación es minoritaria, no sería correcto pensar que tuvo que ver con que son mujeres ni lesbianas. Ningún estudio menciona a la homosexualidad como un factor de riesgo, todo lo contrario”, indicó.
Por último, la socióloga detalló: “El abogado quiere establecer que fue un crimen de odio porque Lucio era varón. Vale recordar que el feminismo no promueve ni apoya matar a los hombres. Esa consigna no debe ser malinterpretada. Se habla de ‘macho’ porque se refiere a una dimensión particular de la masculinidad, a una construcción de ella”.
Melina Fleiderman acompaña a IP Noticias en su edición del mediodía los sábados y domingos, a partir de las 13.