Caso Lucas González: el juez Martín del Viso define la situación de los tres policías detenidos
El juez Martín Del Viso, a cargo la causa por el asesinato de Lucas González, decide si los tres policías detenidos y acusados del crimen, son procesados con prisión preventiva y bajo qué cargos. El inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, todos integrantes de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la mencionada fuerza de seguridad, son los principales acusados en el expediente.
El viernes pasado, el fiscal de instrucción Leonel Gómez Barbella, solicitó que los acusados que sean formalmente procesarlos como coautores de “homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”. Asimismo, los acusó de “tres hechos de tentativas de homicidio con idénticos agravantes” (por los amigos de la víctima que sobrevivieron al tiroteo), y en concurso real con “falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional”.
“Quien mata por ‘placer’, no es necesario que obre del modo como da idea la palabra impulso; puede actuar lenta y premeditadamente. Sólo es necesario que la acción sea inspirada por un placer antinatural en la destrucción de una vida humana como lo fue con la de Lucas y trató de serlo con sus amigos. No es indispensable que el placer sea el único factor que concurra para impulsar la acción”, explicó Gómez Barbella.
Cuál es el dictamen del fiscal
"Una patota de civil, bajo el velo de supuestos policías de la Ciudad". Así describió la fiscalía a los tres efectivos que dispararon hacia cuatro adolescentes de 17 años y mataron a Lucas González el 17 de noviembre pasado en el barrio porteño de Barracas. Para fundamentar su requerimiento, el fiscal detalló en un escrito de 21 páginas, las siete pruebas fundamentales del caso.
La primera son las indagatorias de los tres acusados. Isassi, López y Nieva dijeron que ese día realizaban una investigación de campo en una causa por narcotráfico y que creyeron que los jóvenes podían ser delincuentes, ya que -según sus versiones- exhibieron un arma y no detuvieron la marcha de su auto. "Resulta ser una mera excusa sin sentido, tendiente a mejorar sus complicadas situaciones procesales", consideró el fiscal al detallar que "la intervención policial ha estado marcada desde un inicio no sólo por la arbitrariedad sino también por una manifiesta ilegalidad". "Los imputados interceptaron al vehículo de las víctimas con el rodado marca Nissan Tiida, del que descendieron armados y, pese a la corta distancia y no habiendo recibido ningún tipo de agresión por parte de las víctimas, efectuaron una cantidad significativa de disparos contra las zonas vitales de éstas", indica el dictamen.
A continuación, sumó como pruebas para contrastar esa versión fragmentos de las declaraciones de los sobrevivientes y de dos testigos presenciales, quienes coincidieron en que los policías nunca se identificaron. "No llevaban chalecos que los mostraban como tales, ni emitieron voz de 'alto policía' ni sonidos de sirena policial", describió. "Vi personas que estaban apuntándonos", "empiezo a escuchar los tiros, empiezo a escuchar cómo pegan en la chapa, siento que me caen vidrios en la espalda", "lo vi a Lucas que estaba ahí, estaba lastimado", "cuando salieron del auto, tres más o menos con arma en mano, no dijeron nada", "veo que Lucas estaba tirado al costado y le salía algo de la cabeza", "Lucas se me pone en mi rodilla, me empieza a acariciar con su mano mi pierna", son algunas de las frases de los sobrevivientes a las que se refirió el fiscal.
Para sustentar el posterior encubrimiento y el odio hacia las víctimas, hecho por el que hay otros seis policías acusados, Gómez Barbella recordó que los chicos escucharon a un efectivo decir "ah, sos un villero también, a vos hay que pegarte un tiro de verdad".