La tragedia de Cromañón cambió el paradigma cultural de las generaciones más jóvenes. Aquellos supervivientes debieron hacer un trabajo específico para volver a entablar el lazo con la cultura joven que este episodio casi llegó a borrar. En el caso de Camila Fabbri, esto lo hizo al escribir “El día que apagaron la luz”, una narrativa que busca devolverle la identidad a esos adolescentes del 2004.
“La intención de la escritura del libro es mostrar una suerte de fresco de la época. No solo Cromañón, sino contar quiénes éramos nosotros, esos chicos y chicas que íbamos a ver bandas con la edad que teníamos, que a los 13 años íbamos a Cemento, a Arpegios, a Cromañon. Una suerte de la cultura de la calle, muy de los ‘90”, relató la escritora.
Pero más allá de representar una crónica de la noche trágica, Fabbri buscó recuperar ese público juvenil que vivía el rock nacional desde la rebeldía adolescente. La escritora quiso alejarse de “los detalles escabrosos de la noche” y salir del relato trágico que muchas veces no deja la posibilidad de pensar en las consecuencias a largo plazo.
La idea de “El día que apagaron la luz” comenzó cuando Fabbri se reencontró con sus viejos amigos del colegio y dieron cuenta que muchos coincidían por haber sobrevivido al horror de ese 30 de diciembre del 2004. A partir de ello, su misión fue relatar cómo comenzó la construcción de la superación del trauma y reconstruir su lazo con la música.
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