Qué es una violación correctiva, el crimen de odio del que se defendió Higui de Jesús
La figura de Eva Analía "Higui" de Jesús volvió a estar en el foco. Ella afronta un juicio en su contra que la acusa de "homicidio simple" por defenderse de un grupo de hombres que la golpeó e intentó violarla en 2016 para "sacarle lo lesbiana" y que comenzará sus audiencias el próximo 15 de marzo. "La agresión buscaba cambiar su inclinación sexual y su manera de ser. Fue un intento de crimen de odio. Ella está muy angustiada por todo este proceso y tiene mucho miedo", afirmó Gabriela Conder, la abogada defensora de la víctima en conversación con IP Noticias Edición Central, cuando inició el juicio.
"Libertad para Higui", se leía y escuchaba en las primeras marchas feministas masivas en Argentina en reclamo a aquella mujer que estaba tras las rejas debido a su defensa de un grupo de hombres que, un 16 de octubre de 2016, la atacó en conjunto y, luego de amenazarla con un "te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana", la víctima sacó una navaja de su pecho y se la clavó a Cristian Rubén Espósito, uno de los agresores involucrados que murió en el acto.
Si bien el fallecido la hostigaba hace años por ser lesbiana, la Justicia falló en contra de Higui, quien fue imputada por homicidio simple por el Juzgado de Garantías 6 de San Martín tras una breve instrucción de la Unidad Fiscal 25, y terminó en la cárcel. La difusión del caso hizo que lentamente comenzara a tener relevancia en los organismos de Derechos Humanos y movimientos feministas, así hasta que un día en junio de 2017 fue liberada. Ahora, a casi cinco años de su absolución de las rejas, la víctima espera el inicio del juicio que se llevará a cabo el 15, 16, 17 y 22 de marzo, en donde se tratará el intento de violación correctiva a la que fue sometida hace seis años.
¿Qué es una violación correctiva?
La violación correctiva consiste en un crimen de odio contra personas del colectivo LGBTIQ+ que pretende cambiar su orientación sexual o identidad de género. En el caso de Higui, la situación es más compleja aún, ya que además de salvarse de ser violada, también salvó su vida. "Estuvo en riesgo su vida. No fue solo un ataque sexual, ella es una sobreviviente", afirmó la abogada Gabriela Conder en diálogo con Paloma Bokser en Imagen Positiva, y agregó: "Ella dice 'yo estoy viva y estoy entera'", afirmó.
"El propio término, violación correctiva, ha nacido de ese enfoque de presión que dice que hay que castigar todo lo que se salga de la norma establecida: la mujer heterosexual y sumisa a la sombra de un hombre", aportó a BBC Mundo Maribel Reyes, la secretaria nacional de la Red Peruana TLGB. "Son el resultado de la violencia de un paraguas grande, de un sistema de opresión llamado patriarcado", explicó en 2016 al medio de comunicación.
Si bien son hechos que ocurren en todo el mundo, es en países como Sudáfrica, Zimbabue, India y Ecuador los que presentan altos números en la problemática, siendo esta última nación un lugar donde se han dado a conocer clínicas de deshomosexualización, donde las violaciones correctivas son uno de los principales métodos repudiables. Por su parte, hace un par de años, Margarita Díaz Picasso, la directora general de Igualdad de Género y No Discriminación del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú, afirmó a BBC Mundo que las violaciones correctivas son prácticas que tienen "cierta recurrencia".
7M: Día de la Visibilidad Lésbica y el recuerdo de Pepa Gaitán
Un día antes del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, el 7 de marzo es el Día de la Visibilidad Lésbica, una fecha que busca visibilizar a las lesbianas y conmemora el femicidio de Natalia "Pepa" Gaitán, una joven de 27 años que en 2010 fue asesinada de un escopetazo en Parque Liceo, Córdoba, en manos de Daniel Torres, el padrastro de su novia.
Dos años más tarde, en 2012, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó la Ley 4.577, que establece el 7 de marzo como el "Día de la Visibilidad Lésbica", y celebra todos los años desde entonces la visibilización del colectivo de mujeres lesbianas y el repudio del femicidio de Pepa.
Si bien la Justicia condenó al femicida a 14 años de cárcel, en su momento no fue catalogado como un crimen de odio, por lo que en marzo de 2019 recuperó su libertad. A pesar del controversial desenlace, aún así el caso se convirtió en una bandera de lucha de la comunidad LBGTIQ+.