En 2001 diciembre comenzó con un estallido social. Las políticas neoliberales, vigentes desde la década del '90, se convirtieron en una olla a presión que explotó con despidos, saqueos, hambre y represión. Durante varias jornadas la gente salió a las calles en contra de la situación económica . Al pie de la lucha también estuvieron las Madres de Plaza de Mayo, porque el pueblo ya había dicho "Nunca más" pero esta vez tocaba decir "Nunca más neoliberalismo" para defender la democracia y la justicia social.
Durante la crisis del 2001 las Madres de Plaza de Mayo sufrieron de represión policial cuando reclamaban por los derechos de los trabajadores y desocupados que exigían respuestas ante la crisis. La Policía les disparó perdigones de goma y las pisó con caballos, la causa aún no tiene fecha para el juicio.
Crisis del 2001
Durante los años previos al 2001, Argentina inició con su recesión más prolongada de la historia. La pobreza había aumentado por encima del 10% y el desempleo llegó a niveles récord.
El origen del conflicto se adjudicó a la Ley de Convertibilidad, ejecutada en 1991, que ataba el valor del peso argentino al dólar, y que generó que la demanda de la moneda extranjera supere la capacidad argentina de generar divisas, cuando el 97% de la deuda externa era en dólares. Así, el país dependía cada vez más de la financiación extranjera.
El entonces presidente Fernando De la Rúa, que había asumido dos años atrás, acudió a la reestructuración de la deuda argentina con el FMI que fracasó ante la fuga de capitales y el descalabro económico que generó la misma situación de crisis. Entonces, cuando el organismo decidió suspender los desembolsos, se provocó una corrida cambiaria masiva que dio origen al "corralito".
El corralito
El entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, le recomendó a De la Rúa imponer el "corralito", una serie de restricciones a la extracción de depósitos bancarios, que permitía sacar solo un máximo de 250 pesos por semana, y prohibir las transferencias al exterior.
Esto se materializó por decreto y paralizó el comercio argentino. Miles de personas salieron a las calles y a las puertas de los bancos a reclamar. El "corralito" marcó el fin del gobierno de la Alianza, ya que Fernando de la Rúa terminó renunciando a la presidencia, en medio de un estallido social que incluyó saqueos, hambre, represión y muerte.
Neoliberalismo, otra vez
Las Madres de Plaza de Mayo decidieron intervenir en las protestas sociales cuando por la televisión vieron que la Policía se llevó a la fuerza a una mujer embarazada de plena movilización. Con sus icónicos pañuelos blancos en la cabeza llegaron a las calles de la Casa Rosada para exigir que la liberen y luchar por los derechos de los trabajadores y despedidos.
Al igual que durante la dictadura cívico militar, las Madres fueron blanco de la represión que desplegaba el gobierno en retirada. Con órdenes del Ejecutivo, La Policía reprimía a las madres que se oponían contra las mismas políticas neoliberales que en los 70 justificaban el plan sistemático de desaparición de personas ejercido por el Estado Argentino.
La Policía les tiró gases lacrimógenos, les disparó perdigones de goma y las pisó con caballos del cuerpo de la Policía Montada, que ese 20 de diciembre se encontraba a cargo del subcomisario Ernesto Sergio Weber, hijo del represor Ernesto Frimon Weber.
"Llegamos y le preguntamos a la Policía dónde estaba, a dónde se la habían llevado. Vimos golpes, que se llevaban a los pibes, fue muy duro. El ataque fue brutal, la policía nos golpeó muy duramente pero nos quedamos, como siempre hicieron las Madres, nos dejamos de marchar aunque nos peguen", recordó Hebe de Bonafini sobre aquel día.
Un cordón para decir basta
En medio de la avanzada policial sobre las personas que protestaban contra la situación económica y social, las Madres de Plaza de mayo se agarraron de las manos y formaron un cordón humano para impedir el paso de los policías a caballos.
Los animales las golpearon, tiraron al piso, a algunas las pisaron y les arrancaron las uñas de los pies. Todo esto, mientras los efectivos les disparaban con perdigones de goma. Un grupo de jóvenes las ayudó a levantarse en medio de la nube de gases.
El cordón que formaron las Madres fue fotografiado por distintos reporteros que estaban en el lugar.
La foto se convirtió en un ícono de la lucha por los derechos humanos y la represión a aquellas mujeres que se plantaron contra la dictadura marcó uno de los capítulos más dolorosos de la democracia.
La causa aún no tiene fecha de juicio
La brutal represión a las Madres aún no fue juzgada ante la Justicia. El fiscal Franco Picardi logró identificar a los policías que avanzaron las referentes sociales y así se pudo imputar a Weber, a cargo del operativo; a Fernando Héctor Villegas, que en las imágenes aparece pegádoles con un rebenque; y a Luis Oscar Rodríguez, parte de la Montada.
La causa fue elevada a juicio recién en abril del año pasado, sin embargo duerme en poder del Tribunal Oral Federal N°6 sin fecha para el debate oral. La misma, en un principio estuvo a cargo del juez Claudio Bonadio y, tras su muerte, pasó a manos del juez Marcelo Martínez de Giorgi.