Uruguay enfrenta una crisis de agua potable por la sequía

La falta de lluvias en Uruguay afectó a unas dos millones de personas que debieron salir a comprar agua mineral. "El agua del grifo no es potable, pero es bebible", declaró el ministro de Ambiente, Robert Bouvier.

Uruguay enfrenta una grave sequía que derivó en altos niveles de sla en el agua potable de Montevideo. La crisis hídrica causó una baja en los niveles de los embalses donde se sacaba el agua dulce y la empresa Obras Sanitarias del Estado tuvo que aumentar la salinidad permitida.

Este contexto provocó que unos dos millones de habitantes vieran afectado el servicio en sus casas, por lo que muchos optaron por comprar agua mineral para sus quehaceres diarios.

"No sabemos si mañana o en una semana vamos a seguir con los mismos valores de sodio o no", declaró la ministra de Salud, Karina Rando, frente a las quejas de los pobladores que calificaron el gusto del agua de la canilla como "intomable".

En el video, el periodista Eduardo Martínez explica la crísis hídrica de Uruguay.

Falta de agua por sequía

El presidente de Obras Sanitarias del Estado, Raúl Montero, destacó que el ente tomó la decisión de aumentar los índices de sodio por litro de agua, de los 200 a los 440 miligramos.

A su vez, el organismo garantizó el funcionamiento regular por 30 días y en caso de continuar con los niveles anteriores de sodio, hubiesen tenido que suspender el servicio.

Sin embargo, desde el gobierno uruguayo aclararon que el agua en estas condiciones es "bebible y consumible" pero "no potable en la definición perfecta de potabilidad".

"Estamos ante una sequía bastante más severa que de costumbre. Pero la crisis en el Santa Lucía es una acumulación de mala gestión: forestación en las nacientes, degradación de los recursos, intensificación agraria, zonas de amortiguación y humedales degradados, más consumo excesivo y no planificado", remarcó el investigador del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Marcel Achkar.

La sobreexplotación de la tierra

Distintas organizaciones ecologistas apuntaron a la explotación de los recursos naturales como principal culpable de lo ocurrido.

"La calidad de los cursos de agua ha sido impactada fundamentalmente por la invasión de la soja. En la cantidad y la calidad del agua también impacta la forestación, que al disminuir drásticamente la cantidad de agua en los ríos disminuye su capacidad de autodepuración", advirtió el director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Daniel Panario.

Por otra parte, el gobierno advirtió que el agua con aumento de salinidad no es recomendable para habitantes con enfermedaes cardíacas, renales o cirrosis. "Evaluamos todos los riesgos y tomamos el que es menor para la salud", destacó el presidente de OSE.