Detuvieron a un adolescente en Caballito por planear una masacre escolar
Un adolescente de 16 años fue detenido en el barrio porteño de Caballito acusado de planear un ataque armado en una escuela, inspirado en masacres internacionales como la de Anders Breivik en Noruega. La intervención del FBI y de la Policía Federal Argentina (PFA) permitió frustrar el atentado antes de que se concretara, luego de que publicaciones en redes sociales encendieran las alarmas.
Según la investigación, el joven compartía mensajes en foros y redes donde expresaba su intención de “cometer una masacre” y mostraba una fuerte admiración por símbolos nazis y crímenes de odio. En su casa, los agentes secuestraron dispositivos electrónicos, escritos, una réplica de arma de fuego y otros elementos que serán peritados. Las autoridades sospechan que actuaba solo, aunque no descartan que haya tenido contacto con comunidades extremistas en línea.
El operativo comenzó tras una alerta enviada por el FBI a las autoridades argentinas, luego de detectar publicaciones amenazantes que mencionaban explícitamente una escuela del barrio. La División Ciberdelitos de la PFA rastreó el origen de las cuentas y logró ubicar al adolescente en su domicilio, donde fue arrestado. La fiscal Alejandra Mangano, a cargo del caso, ordenó peritar sus redes sociales y equipos informáticos para determinar el alcance de la planificación.
Fuentes judiciales confirmaron que el joven será sometido a pericias psicológicas y psiquiátricas. También se investiga su entorno familiar y escolar, ya que algunos compañeros señalaron que mostraba conductas violentas y un marcado aislamiento. Un familiar del detenido intentó justificarlo al decir que el chico “fantaseaba” con esas ideas pero “no tenía los medios ni la intención real de hacerlo”.
Julio López, especialista en ciberseguridad, explicó en diálogo con IP Noticias que este tipo de casos suelen detectarse gracias a los sistemas de alerta internacionales. Comentó que el FBI mantiene programas activos para recibir reportes de publicaciones sospechosas, y que las propias redes sociales —como Instagram o TikTok— cuentan con mecanismos automáticos que identifican patrones de lenguaje violento o alertas de usuarios. Cuando se confirma un posible riesgo, se notifica al país de origen para intervenir. López advirtió además que algunos algoritmos pueden amplificar la radicalización al mostrar cada vez más contenido violento o conectar a jóvenes con grupos cerrados, como los de Telegram.
El caso generó preocupación entre las autoridades educativas y especialistas en seguridad, que insistieron en reforzar los controles y la prevención en los espacios digitales donde adolescentes pueden ser influenciados por mensajes extremistas.