Mamdani, el joven socialista que desafía al poder en la ciudad de Trump

Nueva York vive una jornada electoral que trasciende las fronteras de la ciudad y pone a prueba el clima político del país bajo el segundo mandato de Donald Trump. Este martes, los votantes eligen a su próximo alcalde en una contienda que enfrenta a dos figuras opuestas: Zohran Mamdani, un joven legislador demócrata de perfil progresista, y Andrew Cuomo, exgobernador del estado que intenta regresar a la política tras su caída en 2021 por denuncias de acoso sexual.

Desde la Gran Manzana, Mauricio Zabalza, periodista para IP Noticias, informa que la campaña se transformó en un escenario nacional cuando Trump irrumpió con declaraciones explosivas. El presidente amenazó con reducir los fondos federales destinados a Nueva York si Mamdani gana y pidió abiertamente a los votantes apoyar a Cuomo, a quien describió como “el único capaz de evitar un desastre económico y social”. Especialistas en política y derecho señalaron que el mandatario no tiene facultades para ejecutar ese tipo de castigo sin la aprobación del Congreso, pero el mensaje tuvo un claro efecto político: agitar la base conservadora y frenar el avance de los sectores progresistas urbanos.

Mamdani, de 34 años, hijo de inmigrantes y criado en Queens, propone un cambio profundo en las prioridades de la ciudad. Su plataforma incluye congelar los alquileres durante cuatro años en viviendas con renta controlada, implementar transporte público gratuito en los autobuses urbanos, crear un sistema de guarderías sin costo para niños de hasta cinco años y aumentar los impuestos a las grandes fortunas y corporaciones para financiar estos programas. También plantea políticas de vivienda social, controles más estrictos al mercado inmobiliario y medidas ambientales que apunten a reducir la desigualdad y mejorar la calidad de vida. Su mensaje, basado en la idea de que “la ciudad debe servir a quienes la hacen funcionar”, logró captar el apoyo de jóvenes, trabajadores y minorías.

Cuomo, en cambio, busca recuperar credibilidad apelando a su experiencia y presentándose como un dirigente capaz de devolver orden y estabilidad. Con un discurso más tradicional y un electorado compuesto por sectores moderados, intenta aprovechar el respaldo de Trump para retomar protagonismo político, aunque la alianza resulta incómoda para ambos.

La elección es vista como un test político para Trump, que intenta proyectar autoridad sobre una ciudad que lo repudia y donde perdió por amplio margen en las presidenciales. Para el presidente, Nueva York representa un símbolo de poder y prestigio que no ha logrado reconquistar; para Mamdani, es la oportunidad de mostrar que otra forma de gobernar es posible. “No se trata solo de ganar una elección, sino de demostrar que la ciudad puede ser más justa, más humana y más nuestra”, afirmó el candidato en el cierre de su campaña, luego de marchar junto a miles de simpatizantes por el puente de Brooklyn.

Más allá de los resultados, esta elección define el pulso político del país: una batalla entre la vieja política y una nueva generación que desafía los límites del sistema. En una ciudad que suele anticipar los cambios nacionales, el resultado en Nueva York podría marcar el rumbo de la política estadounidense en los próximos años.