La presidenta de México fue víctima de acoso en plena calle y el agresor terminó detenido
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue víctima de acoso en plena vía pública cuando un hombre se le acercó por detrás y la tocó mientras conversaba con vecinos en una calle del centro histórico de la Ciudad de México. El episodio, ocurrido el martes por la tarde, fue grabado por testigos y rápidamente se viralizó en redes sociales, desatando una ola de repudios y cuestionamientos sobre la seguridad presidencial.
Según las imágenes difundidas, el agresor se aproximó a Sheinbaum mientras ella saludaba a personas cercanas al Palacio de Gobierno y, visiblemente fuera de control, intentó abrazarla y tocarla por la espalda. La mandataria reaccionó con calma y le respondió: “Nos tomamos la foto, no te preocupes”, mientras uno de sus colaboradores separaba al hombre.
Horas después, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, confirmó la detención del acusado —identificado por medios locales como Uriel Rivera Martínez— y aseguró que se aplicará “todo el peso de la ley”. Brugada expresó además su apoyo a Sheinbaum y remarcó que “en esta ciudad el acoso no tiene cabida”, subrayando que la presidenta tiene derecho a transitar libremente por las calles.
El hecho ocurre en un contexto de creciente debate por la seguridad presidencial en México. Sheinbaum, al igual que su antecesor Andrés Manuel López Obrador, mantiene un esquema de custodia reducido como parte de la política de austeridad impulsada desde 2018. La mandataria suele desplazarse en vuelos comerciales y acercarse a la gente sin un fuerte operativo de seguridad, algo que, para algunos sectores, expone vulnerabilidades que podrían comprometer su integridad.
La agresión también se produce pocos días después del asesinato del alcalde Carlos Manzo en el estado de Michoacán, uno de los más violentos del país, lo que intensificó las críticas a las estrategias oficiales en materia de seguridad.
Desde la Secretaría de Seguridad Ciudadana confirmaron que el hombre fue arrestado y quedó a disposición de la justicia local. Mientras tanto, organizaciones feministas y referentes políticos repudiaron el hecho y reclamaron medidas concretas contra el acoso callejero, incluso cuando las víctimas sean figuras públicas.
Sheinbaum, por su parte, no modificó su agenda y continuó con sus actividades oficiales, aunque el episodio reabrió la discusión sobre hasta qué punto es posible sostener la cercanía con la ciudadanía sin poner en riesgo la seguridad presidencial.