Avanza la investigación por posible femicidio tras la caída de una joven en San Telmo

La muerte de Matilda López Sanzetenea, una joven de 18 años que había llegado a Buenos Aires desde Bolivia para estudiar Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, quedó envuelta en una trama de dudas, testimonios inquietantes y material clave que reordenó la investigación. La caída desde el balcón de un segundo piso en San Telmo, registrada por una cámara de seguridad, se convirtió en el eje del expediente mientras la Justicia intenta establecer si se trató de un accidente, un suicidio o un femicidio.

El episodio ocurrió el sábado 1 de noviembre en Defensa al 300. Personal del SAME llegó al lugar y trasladó a Matilda aún con vida al Hospital Argerich, donde murió el lunes a la madrugada por los politraumatismos. En el departamento estaba su novio, Nahuel Castillo C., también de 18 años, quien presentaba arañazos en la espalda. Ese detalle, sumado a inconsistencias en su relato, motivó que el juzgado ordenara su detención preventiva mientras se analizan los videos y se realiza una pericia completa del inmueble.

Las imágenes captadas por la cámara fueron incorporadas a la causa y se evalúan fotograma por fotograma. La secuencia permitirá cruzar horarios, posiciones y tiempos. La Justicia ordenó además la preservación del departamento para evitar cualquier alteración de la escena y avanzar con estudios sobre huellas, superficies de contacto y barandas, mientras se completa el análisis de los informes médicos.

La familia de Matilda sostiene que se trató de un femicidio y señala que la joven sufría episodios de control y hostigamiento por parte de su pareja. Su padre, Pablo López Waismann, aseguró que desconocía que su hija convivía con el acusado y relató que amigas de ella le habían advertido sobre comportamientos violentos, como intentos de revisar sus mensajes o manejar su acceso a cuentas compartidas. El hombre expresó que “no quiere que la muerte de su hija quede como un número más” y reclama que el caso avance con perspectiva de género.

Matilda había llegado a Buenos Aires en febrero, entusiasmada por estudiar y trabajar. Tras pasar por dos residencias estudiantiles, se había instalado en el departamento donde finalmente ocurrió la tragedia. Su familia dice que mantenía contacto frecuente hasta ese sábado, cuando dejó de responder llamadas, lo que encendió la primera alarma.

Mientras el expediente sigue activo, las pericias sobre el video y la escena serán determinantes para reconstruir los hechos y definir si la caída fue provocada. La investigación judicial se mantiene bajo estricta reserva y todas las miradas se concentran en el material audiovisual, considerado por los investigadores como la clave para entender qué pasó en los minutos que precedieron la caída.