Diana Sacayán: el recuerdo de la activista a siete años de su asesinato
Para hablar de militancia travesti-trans en Argentina es necesario conocer a Diana Sacayán. Nacida el 31 de diciembre de 1975 en Tucumán, se mudó con su familia a la localidad bonaerense de Laferrere, donde desarrolló una vida por completo atravesada por la lucha en defensa y reconocimiento de los derechos de la población travesti y trans.
Entre muchos de sus logros, se destacan la Resolución N° 2359/07 del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, para que se respete el nombre de la identidad de género autopercibida en todos los hospitales y centros de salud; formó parte del Programa de Diversidad Sexual del INADI, dirigió la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y fundó el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL).
No obstante, fue la Ley de Identidad de Género el hito más importante de su militancia. En 2012 se sancionó esta legislación que restituyó el derecho a la identidad de todas las personas en el país, independientemente de qué sexo se haya asignado al nacer. Fue Diana la primera travesti en recibir su DNI con la inscripción del género femenino.
También fue una de las impulsoras de la Ley de Cupo Laboral Trans, que finalmente se efectuó en el sector público de la provincia de Buenos Aires y a nivel nacional por decreto en 2020. Sin embargo, ella no pudo ver la trascendencia ni los resultados de todas estas pujas.
Su asesinato
Amancay Diana Sacayán fue una travesti brutalmente asesinada el 11 de octubre de 2015 por Gabriel David Marino, que fue condenado por homicidio calificado por odio a la identidad de género y por haber mediado violencia de género, convirtiéndose en el primer fallo en incluir estas consideraciones y calificar al crimen como “travesticidio”.
No obstante, en octubre de 2020 la Cámara de Casación confirmó la condena pero solo por el agravante de violencia de género y quitó la figura de travesticidio.
El abogado querellante Juan Kassargian explicó que si bien “la policía científica que actuó en el lugar expresó que la escena del crimen era de una violencia inusitada”, en “los crímenes con armas blancas siempre hay una multiplicidad lesiva por lo cual esto no tiene nada de extraordinario”.
El letrado incluso agregó que “uno de los jueces de la Cámara manifestó que, como hubo una intimidad sexual, entonces por qué había que entender que hubo odio”.