Desde el 2 de Septiembre del corriente, ya se encuentra disponible The Last of Us Parte 1. Según la propia Sony, este ¿nuevo? lanzamiento de PlayStation 5 es una “reconstrucción”, puesto que, si bien implementa un nuevo motor gráfico para ponerlo a la altura de los juegos más prodigiosos de la actualidad a nivel visual, sigue manteniendo gran parte de los elementos que datan del juego original lanzado para PlayStation 3 en 2013.
Fuera del debate está el peso que tiene este título desarrollado por Naughty Dog, una de las casas más prolíficas de las que componen al conglomerado Sony Interactive Entertainment.
Se trata de un juego que, desde su narrativa y propuesta de juego en general, constituyó un antes y un después en la industria allá por el año 2013, a la vez que ofició como broche de oro a una generación de consolas que se despedía para darle la bienvenida a la por entonces flamante PlayStation 4.
Desde aquel entonces hasta acá, hubo una remasterización del juego para PlayStation 4, por lo que podríamos contar a The Last of Us Parte 1 como una tercera iteración.
El conflicto
Aunque The Last of Us Parte 1 generó expectativas desde su lanzamiento, es su precio el que resulta divisor de aguas: 70 dólares, el mismo precio que los juegos que se estrenan en la plataforma de Sony.
En un mundo en plena recesión económica, y particularmente en las regiones más golpeadas económicamente, el asunto del costo de los videojuegos cada vez se torna más sensible, y es en casos como estos en donde la discusión alcanza cotas elevadas. ¿Es válido el precio de 70 dólares por un juego gráficamente despampanante, pero que en el resto de sus apartados se mantiene igual al juego de 2013, e incluso con menos contenido?
Aunque nunca es posible saber exactamente cuánto trabajo o presupuesto fue destinado a un proyecto, es innegable que el hecho de reutilizar elementos como arte conceptual, actuaciones de voces y más -que suelen encarecer el desarrollo de un título de estas características- haga suponer que los costos sean distintos a los de, por caso, Ratchet & Clank: Rift Apart o Returnal, ambos exclusivos desarrollados para la plataforma, con quienes comparte el mismo valor.
En última instancia, cada situación es particular y los juegos tienen un valor distinto para cada quien, pero el contexto hace ver al precio como un tanto elevado para la propuesta final. Y el público se hace eco de varias medidas que se perciben como poco favorables para el consumidor: la forma en la que resolvieron los nuevos servicios de suscripción, el aumento a las consolas PlayStation 5, el cobro por actualizaciones de juegos a la nueva generación. Esto es una gota más a un vaso bastante lleno.
Pero después de todo, es The Last of Us
Por supuesto que esto no quita todo lo bueno que es el juego dirigido por Neil Druckmann. Gracias a este nuevo tratamiento visual, los escenarios se ven alucinantes, plagados de detalle y por tanto el juego respira una vida que antes no tenía.
Las escenas más dramáticas ganan en tensión por el nuevo modelado de personajes y sus expresiones faciales al igual que la de los enemigos que pululan por los niveles. La historia es efectiva como siempre, conmovedora y después de haber experimentado la segunda entrega -publicada en 2020- el relato toma un sentido más profundo.
Además, esta “reconstrucción” hace un trabajo de alineación perfecta entre las dos entregas desde el punto de vista estilístico y estético, con lo que ahora se sienten como dos obras que se complementan entre sí.
Más allá del precio, The Last of Us Parte 1 ofrece la mejor versión de uno de los clásicos contemporáneos indiscutidos, recomendable a los más fanáticos y sobre todo a quienes no lo hayan jugado antes. También tendrá una versión de PC con fecha de lanzamiento a confirmar.