La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el aspartamo podría ser catalogado como cancerígeno en la clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
Se trata de uno de los endulzantes más utilizados en la industria de los alimentos ultraprocesados, y también como aditivo para reemplazar el azúcar. Se lo encuentra mayormente en gaseosas dietéticas, aunque también en yogures, condimentos de mesa y cacao en polvo, entre muchos otros productos.
En diálogo con IP Noticias, el licenciado en nutrición Ignacio Porras explicó qué dice la evidencia sobre esta sustancia y cuáles son las recomendaciones de uso desde la perspectiva de salud pública.
En el video, la entrevista con el especialista.
"Cuanto menos, mejor"
En principio, Porras apuntó a la creencia de que los endulzantes son una alternativa saludable para reducir el consumo de azúcar.
"La evidencia apunta contra todas estas sustancias edulcorantes por el potencial desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles", afirmó, en línea con lo expuesto por la OMS.
Por eso, prosiguió, la recomendación de salud pública es "cuanto menos, mejor". En ese sentido, remarcó que una buena forma de reducir el consumo es bajar la expectativa de uso.
"Si estoy usando azúcar, usar cada vez menos, de una forma escalonada hasta poder prescindir del uso. De la misma manera, si estoy consumiendo edulcorante, empezar por saber cuánto estoy agregando, para disminuir su aporte en distintas infusiones. También dejar de consumir los productos que lo contienen de manera industrial", detalló.
Como distinguir el aspartamo en las etiquetas
El nutricionista valoró la implementación de la Ley de Promoción de Alimentación Saludable, que obliga a las empresas alimenticias a advertir "cuando hay azúcares en exceso o cuando hay edulcorante en los productos". Así todo, señaló que aún con el etiquetado frontal resulta difícil distinguir el aspartamo.
"Los edulcorantes no siempre aparecen con el nombre tan claro, como ahora hablamos del aspartamo. Muchas veces están inmersos en código de un sistema internacional numérico: en el caso del aspartamo es el 951, y puede tener la leyenda precautoria de no recomendación para personas que pueden llegar a tener fenilcetonuria, porque es un compuesto que tiene fenilalanina", advirtió.
El engaño en las proporciones seguras para el consumo
Por otra parte, Porras alertó sobre las maniobras de marketing para confundir a los consumidores sobre el grado de exposición a sustancias potencialmente dañinas. En ese sentido, llamó a diferenciar las advertencias sobre intoxicaciones agudas respecto de las de intoxicación crónica.
"La industria alimentaria sale a justificarse con que son necesarias 35 o 40 latas de gaseosa para alcanzar la ingesta máxima admitida, pero eso es para el desarrollo de una intoxicación aguda en humanos. Acá estamos hablando del desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, de lo cual no hay estudios al respecto. Para cuando se aprueban los aditivos alimentarios, no hay estudios de la exposición crónica de las personas", dijo.
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