El periodista Bebe Contepomi lleva 25 años al frente del programa de entrevistas de rock La Viola, popular en la televisión argentina por acercar a las grandes figuras de la música nacional e internacional.
En una entrevista con Agustina Kämpfer para Algo que contar, el conductor repasó su trayectoria como divulgador musical y abrió su historia familiar.
En su infancia junto a ocho hermanos biológicos y cuatro adoptados, relató Bebe, sus padres le enseñaron "el concepto de libertad de elegir, sentir y pensar", lo cual intenta transmitir hoy a sus tres hijos.
"Cuando yo aparecí con la música a los 15 años, en casa no había ningún gen musical. Mi mamá me empezó a llevar a Les Luthiers, a comprar discos de Virus o Los Abuelos de la nada sin saber quiénes eran. Al más grande le traía rosarios y estampitas del Papa, a los otros la pelota de rugby. Esa educación de que los hijos no quieran ser lo que uno quiere, sino lo que quieren ellos" recordó.
Sus primeros pasos en los medios fueron bajo la tutoría de grandes escritores y periodistas como Juan Forn, Rodrigo Fresán, Alan Pauls y Guillermo Saccomano. "Yo leía mucho y era muy espiritual, y me decían: si te metés en la tele y en el rock dejás de leer, y perdés la espiritualidad, es una vorágine", contó Bebe.
Periodista de rock
Con el paso de los años, el nombre y la figura de Bebe Contepomi empezó a asociarse con estrellas como Keith Richards, Madonna, Paul McCartney, Charly García y Ricky Martin, entre muchísimas otras. "Tengo la credibilidad porque viví la vorágine del rock. Pero tampoco tan al palo", reflexionó.
"Siempre tuve muy claro que yo no soy artista. No tengo los beneficios del talento, y por tradición soy puntual, no falto al trabajo, y hago radio todas las mañanas; me levanto a las 7:30 todos los días desde que tengo uso de razón", agregó.
A continuación, contó cómo fueron los encuentros que más aprecia con dos referentes del rock argentino.
"El Indio Solari no da notas y yo no lo molesté nunca, ni a la Negra Poli. Pero estábamos en el móvil y nos dicen que él me quería conocer. Entramos, y el Indio se estaba poniendo los borceguíes para salir a tocar mientras tomaba un whisky", comentó.
Y desarrolló: "Él me pidió perdón por no darme notas, dijo que era muy tímido con las cámaras. Me agradeció por cubrir los shows de los Redondos y me dijo que muchos periodistas lo trataban mal. Yo le dije que no se preocupara, y le pedí tomar un poco del whisky. Entonces me quedó que tomé del whisky del Indio Solari".
También se acordó de sus encuentros y desencuentros con Gustavo Cerati: "Yo lo amo y estuve enamorado desde el primer día que escuché Soda Stereo a los 14 años, pero él no me quería mucho. Después terminamos bien, lamentablemente le hice la última nota en Los Ángeles a 8 días del ACV que tuvo en Venezuela", rescató.
La música y la moda
Con dos décadas y media como periodista especializado en música nacional e internacional, Bebe tuvo que adaptarse a auges y caídas de géneros, y también a cambios en los modos de consumo.
"Ahora está el boom del trap. Pero yo viví el boom de lo latino, la cumbia, el reggaetón. No digo que vayan a pasar, siempre quedan algunos, pero el rock siempre estuvo", planteó.
En ese sentido, advirtió: "Mi gran desafío fue cuando me invitaron a entrevistar a (Ricardo) Arjona. Y no sabés lo que me insultaron, pero Arjona había vendido 34 Luna Park".
Por último, se definió con respecto a la clasificación de los gustos musicales y los prejuicios sobre el arte.
"Yo quiero que en mi tumba, como periodista, figure el concepto de alguien que no tuvo prejuicios y que ayudó a destruirlos. El tiempo me empezó a dar la razón. Flor, mi mujer, que tiene 39 años y es de otra generación, en el auto pone un tema de Pink Floyd, después de Alejandro Sanz, Calamaro o Duki, y decís: está escuchando cualquier cosa. Y sí, así se escucha la música".
Podés ver Algo que contar con Agustina Kampfer de lunes a viernes a las 23.30 por la pantalla de IP.