Verónica Laura Asad, más conocida como Pitty La Numeróloga, hizo un repaso por su vida y recordó cómo llegó a ser una de las adivinas más conocidas del país.
Nacida en una familia árabe, Pitty contó las circunstancias que la llevaron a dedicarse a la predicción a través de los números. “Cuando era chica, mi papá me mandó en chofer a estudiar cocina pero le falsifiqué la firma para entrar a una clase donde enseñaban a tirar cartas”, señaló.
Entre otras anécdotas, relató cuando una clienta le pidió que analizara los números de su novio "que era un espíritu". "Tuve que pedirle que se retirara", contó.
“Invertir en mi país es mi mayor motivación”
Pitty explicó que uno de sus principales estímulos es la creación de nuevos emprendimientos en Argentina.
Entre ellos, se encuentra el lanzamiento de su libro El oráculo del corazón, una guía numerológica de acompañamiento espiritual para cada etapa de la vida. En este contexto, Verónica también se aventuró en la comercialización de velas aromáticas que se encarga de mostrar desde su cuenta de Instagram, @pitty_la_numerologa_ donde tiene más de 650 mil seguidores. “Estoy chocha y no me importa cuántas velas vendo sino todo lo que se genera con la gente que trabajo que son más chicos y tienen una forma diferente de ver la vida”, destacó.
Sus orígenes árabes
Además, Vero destacó las dificultades que pasó para desarrollar su profesión, al ser parte de una familia tradicional árabe.
“Vengo de una familia árabe donde lo más importante para una mujer era casarse, tener hijos y aprender a cocinar. Para la cultura lo más relevante era eso, entonces papá me mandó a estudiar cocina a los 14 años. En la otra habitación estaban aprendiendo a tirar las cartas y cuando vi eso me volví loca, porque sabía que quería eso para mi vida ”, recordó.
"El universo es circular"
Pitty también reflexionó acerca del destino y el rol que asumió en esta etapa en la que enseña todo lo que aprendió. "El universo es circular y todo vuelve y conspira para que uno se forme en lo que le gusta. Cuando era más chica estudié para ser maestra y ahora estoy enseñando pero en otra disciplina que es la adivinación. Tuve que aprender a vivir con el don que tengo; no lo padezco", indicó.
En esta línea, Verónica resaltó la buena energía de sus equipos de trabajo que la ayudan a continuar con las distintas tareas en el mundo de la adivinación. “La persona que viene a mi consultorio tiene que hacer un trabajo aparte de lo que yo le puedo brindar porque hay gente que la está pasando mal y hay que tener cuidado con las predicciones. A veces percibo cosas negativas pero trato de ser respetuosa”, destacó.
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