Ricky Maravilla es un artista consagrado y referente en la cumbia argentina y la denominada movida tropical. Con más de 30 años recorriendo escenarios del país y grabando su música, sigue vigente para su público.
En una entrevista con Agustina Kämpfer para Algo que contar, el cantante y compositor habló de sus inicios y de lo que tuvo que relegar para dedicarse al arte.
"Cuando empecé estaba muy de moda Sandro, Palito Ortega, Leo Dan, los chicos de La Joven Guardia, que eran todos flacos, pelilargos, altos, y yo no reunía esas condiciones. Me dijeron que mi voz era especial, así fue que grabé el primer tema, que fue El gallo y la pata" relató.
En ese momento, aseguró Ricky se presentó una situación difícil: elegir una oportunidad laboral como ingeniero mecánico en Australia, o apostar a las canciones y los shows.
"Desistí de ese trabajo, y mirá como Dios premia: a los años, cuando tuve éxito a través de los desfiles de Punta del Este, donde conquisté a ese estrato social que no consumía nuestra música, inmediatamente sonaron los teléfonos de Mirtha Legrand, Susana Giménez, Marcelo Tinelli. Allí me llamaron desde Sidney dos radios latinas que hicieron un concurso de artistas argentinos, y salí ganador".
Diversión y excesos en la vida como artista
En otro momento de la charla, Ricky habló de los beneficios y tentaciones que tiene la vida como artista del espectáculo y la noche. Al contar cómo vive la parte divertida, se refirió a su baja estatura.
"Los petisos tenemos cierto complejo. Lo superamos siendo simpáticos, enamoradizos, caballeros, respetuosos, ingeniosos, una cantidad de cualidades. Cuando yo veo un matrimonio en la calle, de una mujer alta del brazo con su esposo petiso, me atevo a preguntarle: 'disculpe, señora, le hago una consulta: ¿qué tiene su esposo?'. Y me dice: 'ya se a que te refieres, a mi petiso no lo cambio por nada porque me conquistó'", dijo entre risas.
Por otra parte, aseguró que en varias oportunidades le ofrecieron drogas, pero siempre rechazó la tentación porque no quiso "tirar por la borda algo que me costó tanto lograr".
"Los fines de semana que salía a dar shows oraba mucho, soy muy católico. Además de pedir por mi equipo lo hacía por los que están enfermos, y me acordaba de la promesa que le hice a mi madre", señaló.
Y agregó: "Siempre está la tentación de alguien que se acerca y dice: '¿querés cantar como el primer show?'. Yo les decía: 'yo canto como el primer show porque tengo voluntad; por favor, desaparecé de mi vista'".
Podés ver Algo que contar con Agustina Kämpfer de lunes a viernes a las 23.30 por la pantalla de IP.