Diego Armando Maradona falleció hace dos años, el 25 de noviembre de 2020. Considerado uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos, su imagen trascendió fronteras como un símbolo de lucha y rebeldía contra los poderes de turno.
La épica en sus palabras y acciones sumado a una personalidad arrolladora y un talento para jugar al fútbol, lo convirtieron en un personaje sin igual, reconocido en todo el mundo.
El camino recorrido por Maradona no se parece a ningún otro: criado en Villa Fiorito, un barrio humilde al sur del Gran Buenos Aires, supo ganarse un lugar en la historia a puro talento, gambeteando los prejuicios de aquellos que lo veían como un cabecita negra hasta llegar a la gloria de ganar la Copa del Mundo en 1986.
¿Quién fue Diego Maradona?
“Maradona se convirtió en una suerte de Dios sucio, el más humano de los dioses. Eso quizás explica la veneración universal que él conquistó, más que ningún otro jugador. Un Dios sucio que se nos parece: mujeriego, parlanchín, borrachín, tragón, irresponsable, mentiroso, fanfarrón”, dijo sobre El Diez, el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Desde sus inicios en Argentinos Juniors a fines de los ´70, donde fue cinco veces máximo goleador del campeonato argentino, Maradona siempre consiguió brillar por sus propios medios. Hábil mediocampista de ataque, indescifrable con la pelota, veloz, inteligente y vivo, en el campo de juego, parecía que siempre estaba adelantado al juego sabiendo lo que iba a pasar antes que nadie.
Campeón con Boca del Metropolitano 1981, su único título local, El Pibe de Oro, tuvo un fugaz paso por el Barcelona de España para luego llegar a Nápoles, la ciudad que lo recibió como un hijo y de la que se despidió como un santo. En esa pobre ciudad del sur italiano, discriminada por el norte de la Italia rica, Maradona consiguió vencer a los equipos más importantes, consiguiendo dos scudettos (1987-1990) y la Copa UEFA, único título internacional del Nápoli en toda su historia.
La Mano de Dios
Resulta imposible hacer una reseña de El Pelusa, como le decían sus amigos de Fiorito, sin mencionar uno de los acontecimientos futbolísticos más importantes del deporte. La Mano de Dios, fue uno de los dos goles que Maradona le hizo a Inglaterra en el Mundial de México 1986 para llevar a la Selección Argentina a semifinales.
Su trascendencia implicó entender un contexto de choque entre ingleses y argentinos por la reciente guerra de Malvinas, en 1982. En el Estadio Azteca de México, Diego no solo convirtió este gol con la mano que el árbitro dio por válido, sino que hizo el mejor gol de la historia de los mundiales. "Les ofrezco mil disculpas a los ingleses, de verdad, pero volvería a hacerlo una y mil veces. Les robé la billetera sin que se dieran cuenta, sin que pestañearan", declaró Diego sobre aquel primer gol.
El mito viviente
Maradona se retiró como jugador profesional en Boca, el 25 de octubre de 1997. En ese momento ya había pasado a ser un mito viviente, con varias polémicas relacionadas a su adicción a las drogas, su expulsión del Mundial de Estados Unidos 1994 por dóping positivo y su enfrentamiento con la cúpula de la FIFA.
Ocurrente en cada declaración periodística, supo dejar miles de frases inventadas por él que se usan a diario, como "se te escapó la tortuga", "cabeza de termo", "me cortaron las piernas" y "la pelota no se mancha".
En su etapa como entrenador consiguió llegar a cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 con la Selección Argentina para luego dirigir a dos clubes árabes, (Al-Wasl y Al-Fujairah), Dorados de Sinaloa en México y Gimnasia y Esgrima La Plata hasta su muerte, en la localidad bonaerense de Tigre, el 25 de noviembre de 2020.