Guillermo Pérez Roldán fue una estrella del tenis entre fines de los '80 y principios de los '90. Estuvo entre los mejores 50 de la ATP por siete años consecutivos, fue campeón juvenil en Roland Garros y siendo un adolescente alcanzó el puesto N°13 en el raking mundial. Hoy, con más de 50 años decidió contar su historia personal: su padre Raúl, que también fue su entrenador, lo maltrató durante toda su vida.
"En el mundo del tenis me decían que era muy fuerte, me comparaban con Rocky, pero entraba a la habitación y me pegaban. Mi padre se apropió de una vida, era esclavitud para su beneficio. Me pegaba con el cinto, con palos y varas. Era sometimiento, había mucho desprecio y me hacia sentir culpable de todo", contó Pérez Roldán a IP Noticias.
Donde todo empezó
El extenista nació en Tandil, provincia de Buenos Aires y comenzó su camino en el tenis en el Club Independiente de Tandil, de donde también salieron otros tenistas con renombre mundial como Mariano Zabaleta, Pico Mónaco y Juan Martín del Potro. Su padre era el fundador de la escuela de tenis y fue su profesor para luego convertirse en su entrenador y representante.
"Hasta mis 14 años todos en mi familia la pasamos mal. A esa edad empecé a generar plata y mi papá se apropió de eso. Era esclavitud para su beneficio. Fue un tormento. Los golpes no eran cuestión de ganar o perder, me hacía sentir tonto y en casa era todo mucho peor. Nunca la pasaba bien", recordó el exdeportista.
Con apenas 13 años, Pérez Roldan estaba entre los mejores tenistas de Argentina. Como jugador profesional ganó nueve títulos y solo en su primer año obtuvo tres títulos en el Torneo de Múnich, el Torneo de Atenas y el Torneo de Buenos Aires. Sin embargo, a principios de los años '90 su carrera comenzó a complicarse por lesiones. La joven promesa del tenis compitió hasta 1993, cuando tenía 24 años. Tras varias operaciones, su retiro definitivo fue en 1998, debido a una lesión crónica en su muñeca derecha. Al abandonar las canchas, fue director deportivo de la Escuela Nacional de Menores entre 1194 y 1995, se desarrolló como entrenador en Italia y Chile.
"Como tenista, me caracteríce por tener una mentalidad de lucha, concentración y humildad. Mi padre me arrebató todo. Tuve que soportar mucho y dar la cara en lugares donde no podía hablar. Fui víctima, pero no lo soy más. En el deporte hay muchísimos casos como el mio y es mi deber contar para que haya protección hacia los chicos. Quiero mejorar la situación y la posibilidad de los deportistas", concluyó.