Abril registró una inflación del 6%, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el acumulado en el primer cuatrimestre del año es del 23,1% y la variación interanual se ubicó en un 58%. Los precios de los productos aumentaron y, sobre todo, en la economía real se registra una distorsión de precios que lleva a la falta de valores de referencia. En este informe de Puntos de vista, Sebastián Davidovsky analiza los precios insólitos de la economía argentina.
Precios insólitos
En el AMBA un pasaje mínimo en colectivo cuesta 18 pesos, pero una vuelta en la calesita de una plaza puede salir entre 60 y 80 pesos. Un plan de servicio básico de streaming es más barato que una pizza grande de muzzarella. Una bicicleta puede ser más barata que un par de zapatillas y alquilar un monoambiente en CABA por mes, puede costar menos que ese calzado.
De acuerdo al INDEC, durante abril la división con mayor alza mensual fue Prendas de vestir y calzados, con un aumento del 9,9%. Los precios de la indumentaria en Argentina son un claro ejemplo de la distorsión: una prenda puede llegar a costar lo mismo que un alquiler en CABA: un par de zapatillas, un jean o una camisa de marca puede costar alrededor de $40.000, en tanto el Salario Mínimo Vital y Móvil actualmente se ubica en $38.940 aunque este pasará a $45.540 a partir de junio.
Por otro lado, un vuelo al extranjero puede costar $170.000 y una PlayStation $180.000; un lavarropas automático puede valer $70.000, lo mismo que el alquiler de un departamento de tres ambientes en CABA; un celular de alta gama podría costar $230.000 y un viaje de egresados a Bariloche unos $220.000; mientras que una campera de invierno podría costar $25.000 y una bicicleta exactamente lo mismo.
En una economía con tarifas fijadas, como la de los servicios públicos, y precios congelados algunos índices relativos empiezan a quedar diluidos. ¿Nos estaremos acostumbrando a vivir sin precios de referencia?.