Exportaciones: en qué consisten las "triangulaciones" que propone Javier Milei
El candidato a presidente de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, sugirió que de ser electo presidente impulsaría la triangulación de exportaciones. El economista mencionó esa idea como alternativa para el sector privado, en caso de que su gobierno decidiera suspender los vínculos comerciales con Brasil y China.
El libertario hizo referencia a ese mecanismo durante el eje temático "Relaciones de Argentina con el mundo", del debate presidencial frente al postulante de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa.
En ese marco, el ministro de Economía cuestionó a Milei por su promesa de suspender las relaciones bilaterales de Argentina con los dos principales socios comerciales del país. En rigor, Massa remarcó que las transacciones entre privados están reguladas por aranceles y permisos sanitarios fijados por los países.
Ante esto, el diputado nacional y postulante de LLA respondió: "Si no se lo exportás a China, se lo exportás a otro, y si no, digamos, hasta lo pueden triangular". No obstante, no se extendió en una explicación de lo dicho.
Qué es la triangulación en comercio exterior
Las operaciones triangulares de comercio exterior consisten en la intermediación entre el exportador y el importador. Es decir, son aquellas transacciones que se concretan con tres o más actores situados en diferentes países.
Por lo general, las mercancías comercializadas de un país a otro viajan directamente desde su origen hacia el destino. Este es el caso, por ejemplo, de las exportaciones argentinas hacia China y Brasil. En menor medida, existen intermediaciones que funcionan como eslabones técnicos para finalizar la elaboración de un producto.
En concreto, la triangulación en sí misma no constituye un delito, pero en muchos casos los privados la utilizan como mecanismo para evitar el pago de impuestos, o reducir la carga fiscal que implican los aranceles comunes en las rutas del comercio internacional.
Esta maniobra consiste en declarar un destino para la exportación (el intermediario), cuando en realidad la mercancía finalizará en el tercer país involucrado, es decir, el importador final. De esta manera, se le oculta a la entidad de control del país donde reside el vendedor (AFIP, en el caso de Argentina), el beneficiario real de la transacción, y por lo tanto se distorsiona el cobro del arancel correspondiente.