Caputo apuntó contra el sistema laboral y prometió una reforma para “terminar con la industria del j

El ministro de Economía, Luis Caputo, envió un mensaje grabado al Coloquio de IDEA en Mar del Plata y afirmó que comienza una “segunda etapa” del programa oficial, con eje en dos reformas: laboral y tributaria. También prometió incentivos para el ahorro en pesos y descartó que la competitividad dependa de una devaluación. Caputo habló desde Washington, donde participa de reuniones con organismos y funcionarios de Estados Unidos.

En su intervención, el ministro sostuvo que la primera fase se enfocó en estabilizar la macro, con equilibrio fiscal y baja de la inflación como objetivos, y pidió respaldo empresario para avanzar con los cambios pendientes. Planteó que la competitividad “no va a venir de una devaluación”, sino de desregulación, menores impuestos, un mercado de capitales más profundo y financiamiento de largo plazo.

Sobre la reforma laboral, Caputo describió el régimen actual como “rígido” y “arcaico”, y habló de un esquema más “ágil y previsible” que dé alivio particular a pymes y reduzca la conflictividad judicial, en línea con la idea de “terminar con la industria del juicio” que repitieron medios y voceros cercanos al Gobierno tras su mensaje. En paralelo, adelantó una reforma tributaria “simplificadora”: eliminar tributos distorsivos, bajar otros y ordenar el sistema para orientar el ahorro interno hacia la inversión privada.

Insistió en que “es arcaico creer” que la competitividad se logra con una moneda débil y negó un salto cambiario como herramienta de corto plazo. Reforzó que el camino elegido es continuar con desregulaciones y alivio impositivo, más la agenda de reformas “de segunda generación” que mencionó al inicio.

El mensaje cerró con una convocatoria política: mantener el acompañamiento del sector privado para “construir un nuevo país”, en momentos en que el Gobierno prepara los borradores de los proyectos y busca mayorías legislativas que le permitan tratar los cambios en el Congreso después de las elecciones. La discusión parlamentaria y los consensos con la oposición y bloques provinciales serán el filtro decisivo para el alcance real de las reformas anunciadas.