Qatar, el país que quiere ser la capital deportiva del mundo
Qatar tiene un objetivo en la mira: convertirse en la capital deportiva del mundo antes de la Copa del Mundo de fútbol del 2022. Para esto, los empresarios del país entraron en colaboración para invertir 20 mil millones de dólares en negocios deportivos. Una de las empresas que protagoniza este movimiento es el Oryx Qatar Sports Investments, la compañía que compró el Paris Saint Germain y mueve los capitales que le permite al club francés acceder a los jugadores más caros del mercado.
El dueño, Nasser al Khelaifi, es un empresario y deportista qatarí que también es la cabeza de Bein Sports, una empresa de medios de comunicación y entretenimiento que tiene 22 señales de televisión. Su amistad estrecha con el príncipe heredero de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, le permitió integrar el Qatar Investment Authority (QIA), una entidad cuyo objetivo es comenzar a diversificar la economía de un país que dependía principalmente del mercado del petróleo y el gas natural.
Al Khelafi también es el presidente de la Federación de Tenis de su país y de Asia Occidental. Su mano derecha es Adel Mohammed Tayyeb Mustafawi, un banquero qatarí que también es tesorero del Banco Nacional de Qatar. Qatar Sports Investments afirma que su misión global es considerar a "los deportes, ocio y entretenimiento como parte del desarrollo social y humano". En esta descripción, también apunta que su objetivo es contribuir al rápido crecimiento de las inversiones deportivas en el país y el extranjero.
El Centro Financiero de Qatar
El Centro Financiero (QFC) es la entidad gubernamental oficial económica que tomó la misión de otorgar licencias a empresas extranjeras y eximirlas de leyes locales de propiedad. Tiene como objetivo alcanzar a 150 compañias deportivas para el 2022.
El año pasado, la QFC anunció un plan de incentivos -como espacios gratis para oficinas e incubadoras de inversión- para comenzar a competir codo a codo con Dubai. De esta manera, Qatar busca comenzar a enfrentarse al boicot diplomático comercial del frente de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto, quien acusa al país de apoyar al terrorismo.