María Marta Martorell es biotecnólogo e investigadora de CONICET y del Instituto Antártico Argentino. Su función científica en el territorio es sobre los hongos que hay allí. Explora sus características, especialmente las que les permiten vivir en ese ambiente, e intenta aplicarlas a alguna utilidad, por ejemplo, para la elaboración de alguna medicina. Dijo que ya hay varios patentados que están a la venta.
El período de recolección de muestra suele ser entre un mes y un mes y medio. "El [rompehielos] Almitante Irizár es un buen medio de transporte para ir", señala. Martorell afirma que ramas de la ciencia como geología, climatología, sociales e historias se están desarrollando en la Antártida. "Cualquier ciencia que se te ocurra se trabaja allí. Es importante porque ayuda a mantener y sostener el reclamo soberano de Argentina sobre la Antártida. Además, es un lugar casi perfecto para el estudio del cambio climático. Por la firma del Tratado Antártico solo se puede hacer ciencia y contribuir a la paz".
"Se tiene que explorar la ciencia básica para pasar a la ciencia aplicada, para que pueda extrapolarse a otros lados. Cualquier país que invierta en la Antártida, está decidiendo bien. Y si se puede aumentar, mejor".
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