Las brecha salarial entre hombres y mujeres ronda el 27%. Eso significa que las mujeres por los mismos cargos que los hombres cobran ese porcentaje menos.
Este dato, sumado a que las mujeres, además de realizar otros trabajos, realizan el 76% de las tareas del hogar; y de que históricamente las mujeres no ocuparon un espacio de poder y que recién en los últimos años esto empezó a cambiar; y el hecho de que muy pocas veces forman parte de la mesa chica de las decisiones laborales, afecta directamente en la manera cómo las mujeres se relacionan y comunican laboralmente.
Es un hecho que las mujeres no se comunican de la misma manera que los varones, especialmente en estos ámbitos. Por ejemplo, estudios demuestran que suelen pedir disculpas por pedir cosas que son parte de su trabajo.
De igual modo hay que cuestionarse: ¿la forma imperativa es la mejor forma? Amabilidad no debería ser sinónimo de vulnerabilidad.