Un titular de diario que se viralizó el último miércoles en redes sociales encendió las alarmas: "Apareció un donante y solo estaban ellas para operar: hicieron historia en Argentina". Un golpe directo al feminismo. En las redes despertó debate y hubo muchos enojos. Particularmente, giró la pregunta: ¿Cómo "solo"? ¿Estaban realmente "solas"?
El equipo de las siete médicas estaba integrado por tres cirujanas, una anestesista, técnicas e instrumentadoras. El problema pareciera ser que no había ningún varón que supervise la intervención. Pero la realidad es que no hacía falta. El titular generó mucho enojo en las redes porque refleja de forma clara la desigualdad que golpea al sector de la salud. Si bien siete de cada diez estudiantes de medicina son mujeres, las direcciones escasean y en los lugares en donde se toman decisiones, ellas continúan ausentes.
La frase en cuestión habla, además, de una dolencia que sufren las mujeres en general. Existe una idea instalada de que si no hay un varón acompañándolas, están solas. Es un caso similar al de las amigas argentinas (Marina Menegazzo y María José Coni) que asesinaron en Montañita: los medios decían que viajaban solas.
Entonces queda abierta una pregunta: ¿Por qué es noticia el género de la persona encargada de operar?