Tokio 2020: la gimnasta Simone Biles le pone el foco a los problemas de salud mental

La gimnasta estadounidense Simone Biles ha marcado historia tras abandonar los Juegos Olímpicos para priorizar su salud mental. La deportista está condecorada con un total de 30 medallas (entre competencias mundiales y Juegos Olímpicos) y es una de las principales figuras a observar en la categoría de gimnasia.

"Digo que pongamos la salud mental primero, porque si no lo hacemos no vamos a disfrutar del deporte y no podemos triunfar tanto como queremos hacerlo. Está bien dejar pasar algunas competencias más importantes. Eso muestra cuán fuerte como persona y competidor sos", dijo en conferencia de prensa.

Estas declaraciones fueron recibidas de manera positiva por sus compañeros atletas y muchos han corroborado la escasa atención a la salud psicológica de todos aquellos federados en algún deporte.  "Espero que esta sea una oportunidad para que nos demos cuenta y que inclusive le podamos dar visibilidad al tema de la salud mental. Es mucho más grande de lo que nos podemos imaginar", declaró Michael Phelps, el nadador estadounidense que también es el deportista más condecorado de la historia.

"Puedo decir que personalmente fue algo muy desafiante. Para mí era muy difícil pedir ayuda. Sin embargo es tan importante, especialmente para los niños más jóvenes, enseñarles a que puedan tomar control de su salud física y mental. Somos seres humanos y nadie es perfecto. Está bien no estar bien", declaró el atleta al recordar sus propias batallas con su salud psicológica mientras competía.

Un problema Olímpico

Biles no fue la única deportista en poner sobre la mesa la problemática de la salud mental. Naomi Osaka, la representante de Japón en la categoría de Tenis, también se retiró de la competencia al admitir que "no sabía cómo tratar con la presión de la ocasión". La tenista también había admitido que no participaba de las conferencias de prensa para generar conciencia en la salud mental de los jugadores.

Liz Cambage, jugadora de básquet femenino de la Selección autraliana, también renunció a su espacio en la competencia por el estado de extrema ansiedad que le generaba vivir en aislamiento estricto en un país extranjero. "Tener que contar con medicación diaria para controlar mi ansiedad no es en el lugar en el que quiero estar en este momento. Especialmente cuando estoy a punto de entrar a una competición en uno de los escenarios más grandes del mundo", declaró.

El Comité Olímpico había preparado la villa olímpica con profesionales de la salud mental disponibles en 70 idiomas distintos, ya que eran conscientes de las circunstancias extremas en las que se desarrollaban los Juegos de Tokio 2020. A partir de este equipo, también había establecido una línea de 24 horas disponible como servicio gratuito y perfeccionado para sesiones de apoyo de corto plazo.

"La salud mental es un asunto increíblemente importante. ¿Estamos haciendo lo suficiente? Creo que sí, espero que sí. Pero como cualquier persona en el mundo, creo que podemos hacer más sobre este tema", declaró Mark Adams, el representante del Comité Olímpico Internacional.