La Constitución nacional es la que dictamina el proceso para establecer iniciativas legislativas que pueden convertirse en leyes federales. Si bien hasta 1994 esto era facultad solo del Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, una reforma propuso que los ciudadanos comunes puedan presentar proyectos directamente a Cámara de Diputados.
Para comenzar un proyecto de ley, es importante tener en cuenta ciertas problemáticas a las que se intentará dar solución, la cantidad de personas a quienes les concierne y cuáles pueden ser las eventuales consecuencias de la promulgación de la ley. Un proyecto construido desde una asociación civil puede proponer medidas sobre cualquier tema excepto los constitucionales, tratados internacionales, tributos, presupuestos y penales.
Escribir un proyecto de ley
Cada normativa puede ser presentada por legisladores, el Presidente o por ciudadanos comunes. En este último caso, deberá llevar la firma del 1,5% del padrón electoral y representar al menos 6 distritos electorales.
Los proyectos deben contemplar la jurisprudencia (es decir, casos anteriores que ejemplifiquen la necesidad de la medida) de la nueva normativa, el ámbito de aplicación territorial de la propuesta y la factibilidad del proyecto (en tanto presupuesto y el ordenamiento jurídico vigente).
Una vez redactado, el proyecto de ley completo debe ser presentado ante las comisiones asesoras de cada recinto. Si las comisiones aprueban el proyecto, entrará en la agenda parlamentaria para ser debatido tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores.
Una vez adentro del Congreso
Para que se plantee un debate en cualquiera de las Cámaras, tiene que existir quórum para ser tratado e inclusive para ser votado. El quórum se establece cuando en la Cámara están presentes más de la mitad de los miembros. Para Senadores, este número se establece de manera más estricta: las sesiones del Pleno son de la mitad más uno del número hábil de congresistas.
Para que un proyecto de ley sea sancionado, debe ser aprobado por la mayoría que conforma la Cámara. Cada uno de los recintos da media sanción; en el caso de que una de las Cámaras rechace el proyecto, la normativa no podrá volver a tratarse en las sesiones de ese año. En el caso que una de las Cámaras presente una corrección, el proyecto se devuelve a la Cámara en la que se originó y repite el proceso.
Cuando se aprueba una Ley
Cuando un proyecto de ley es aprobado por ambos recintos, se comunica el dictamen al Poder Ejecutivo para su promulgación. El Presidente tiene diez días hábiles para promulgar o vetar la ley de forma total o parcial.
Si el Ejecutivo decide vetar la ley de manera parcial, la parte no vetada debe promulgarse. Si las dos Cámaras cuentan con dos tercios de los votos para apoyarla, la ley debe promulgarse aunque el Presidente no esté de acuerdo.
La diferencia entre promulgación y publicación
Cuando una ley se promulga por parte del Poder Ejecutivo, se autentifica la existencia de la misma. Eso se efectúa mediante un acto administrativo (dictado a través de un decreto).
La publicación de una ley es cuando el proyecto que ya ha sido promulgado se da a conocer mediante el Boletín Oficial y es insertado oficialmente en el régimen legal de un país.
¿Qué es una “ley dormida”?
Existen muchas leyes que han sido aprobadas y promulgadas, pero aún no han sido reglamentadas. Esto quiere decir que tanto el Poder Legislativo y el Ejecutivo han dado dictamen positivo al proyecto de ley, pero que aún no se ha presentado un marco jurídico y/o burocrático para que la nueva norma pueda ser aplicada. En este sentido, se le llaman “leyes dormidas”, ya que son normativas que existen, pero no cuentan con procedimientos específicos para su aplicación.