El expresidente de Brasil, Lula Da Silva, sostuvo que tanto el presidente Alberto Fernández como la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, "hacen un esfuerzo inconmensurable para atender las aspiraciones de la sociedad", y que tienen que tener conciencia de que el pueblo argentino depende mucho de "la fuerza de los dos juntos" para salir de la actual situación.
"A veces hay dificultades y las cosas no siempre suceden como estaban previstas. La deuda externa no sé si era necesario tomarla o cuál fue el beneficio, pero hay que pagar. El FMI no puede exigir que el pueblo argentino sea sacrificado", sostuvo en una entrevista con el programa Identidades, en canal IP. Y agregó: "Mi consejo es al directorio del FMI: es importante no llevar a la Argentina a ningún sacrificio y que traten a la Argentina del mismo modo que trataron a los países ricos cuando ocurrió en 2008 la quiebra de Lehman Brothers".
"A las mujeres, hombres, trabajadores y políticos argentinos les digo: no pueden perder la esperanza. Tenemos que recordar que fue un país poderoso, la quinta economía del mundo y sé cuánto es respetado. No podemos perder la esperanza. No vamos a aceptar imposiciones que sacrifiquen más la salud financiera argentina. Hay que generar empleo, recuperar el salario y todo vuelve a la normalidad. Y el pueblo volverá a ser feliz no solo con el fútbol, también ser feliz con la política y la economía. Argentina necesita de la comprensión de los acreedores internacionales.", argumentó en relación con los términos de un acuerdo con el FMI.
Tiempo en la cárcel
"No llevo en cuenta lo que sucede conmigo personalmente, porque tengo una estructura psicológica y política para enfrentar la diversidad. El problema es que si fuera solo una persecución a Lula, una persecución al PT, pero el pueblo brasileño estuviese bien, trabajando, que no tuviese hambre y estuviese en la escuela, todo bien. Sin embargo, sucede que encarcelaron a Lula, le dieron un golpe de Estado a Dilma Rousseff y Brasil solo empeoró. El pueblo pobre está más pobre, el desempleo es muy alto, la inflación está creciendo y la esperanza del pueblo brasileño, está desapareciendo", aseguró.
"Estamos discutiendo cómo hacer para que en 2022, el pueblo brasileño pueda recuperar la democracia y que el pueblo brasileño vuelva a ser feliz, recupere la esperanza. Estoy convencido que es posible reconstruir a Brasil y que vuelva a ser un país respetado y admirado en el mundo", afirmó.
Relaciones Brasil-Argentina
Sobre las relaciones bilaterales, recordó: "Construí con la Argentina, sobre todo en tiempos de Néstor Kirchner y después con Cristina, la relación más productiva entre Brasil y Argentina, Brasil y el Mercosur, y Brasil y América del Sur. Fue una cosa extraordinaria. Cuando asumí el gobierno, el flujo de comercio entre Brasil y Argentina era de apenas 7 mil millones de dólares. Diez años después, era de 40 mil millones. Una demostración de un que potencial extraordinario".
"Es preciso reconstruir la unidad en América del Sur y América latina para la gente pueda valorizar nuestro pueblo trabajador, para que los países puedan crecer económicamente y para que podamos crear y producir beneficios para nuestros pueblos", aseguró."No es normal que un país extraordinario como Argentina tenga hambre. No es normal que un país como Brasil, tercer productor de alimentos en el planeta, tenga hambre. No es normal que el mundo produzca más alimentos de los que consume y haya 800 mil millones de personas que van a dormir todas las noches sin tener qué comer", sostuvo.
"Brasil y Argentina significan mucho para la unidad de América del Sur, para la unidad de América latina y para mejorar la calidad de vida del pueblo argentino y brasileño. Juntos pueden hacer la diferencia en el juego geopolítico del planeta", afirmó.
Jair Bolsonaro
Sin llamarlo por su nombre, Lula habló del actual presidente de Brasil. "Nuestro presidente no tiene noción de lo que es la democracia, no tiene noción del multilateralismo, no tiene noción de la necesidad de un país como Brasil para estar abierto a sus vecinos y a los países del mundo", sostuvo.
Y agregó: "Él prefiere aislarse. Ningún presidente de ningún país del mundo hasta hoy quiso visitar Brasil. Y es una vergüenza para nosotros. Todos los presidentes, no solo Alberto Fernández, tienen problemas para visitar Brasil. Creo que al único presidente que trataba con respeto era a Trump, porque pensaba igual que Trump, hacía políticas desastrosas como Trump, no creía en la pandemia, como Trump; no cuidó de tratar a nuestro pueblo con respeto como Trump en los Estados Unidos".
"Todos los presidentes democráticos del mundo tienen problemas de relación con nuestro presidente, porque él no es democrático, no le gusta la democracia. Y lo hace públicamente. Es una cosa extraña en el siglo XXI, que Brasil que fue la tercera economía del mundo - ahora es la decimotercera- tenga un presidente que no hace valer la importancia de Brasil con sus hermanos de América del Sur".
"Resultó una anomalía para la democracia, y una anomalía para la política. Es una persona que no le gusta la democracia, que no estimuló amor, estimuló odio; una persona que no distribuyó, libros, distribuyó armas; una persona que distribuyó discordia y no trabaja para armonizar la sociedad. Es una pena", lamentó.
Las extremas derechas
"Cuando el mundo se niega a la política, lo que surge es mucho peor. El pueblo argentino sabe de eso por la dictadura; el pueblo brasileño, con la dictadura. Los alemanes saben de esto con el surgimiento de Hitler, los italianos por el surgimiento del fascismo. La negación de la política hace que lo que viene después sea lo que esta aconteciendo hoy en varios países, donde la extrema derecha empieza con discursos xenófobos a ganar espacios", advirtió.
Y consideró que: "Es un trabajo inmenso que tienen que hacer los que creen en la democracia y bregar que la democracia no es un pacto de silencio. La democracia es una sociedad en evolución. Una sociedad en busca de conquistas, en busca de paz. Es una sociedad que no tiene que gritar que está con hambre porque tiene para comer. No tiene que gritar que quiere estudiar porque va a la escuela. No tiene que gritar que quiere trabajar porque precisa trabajar. La democracia es un movimiento de lucha de la sociedad para garantizar un aire mejor para respirar con tranquilidad y vivir bien".
Candidatura
Sobre su candidatura a presidente para el año próximo dijo: "El problema es que mucha gente no cree cuando digo que no soy candidato porque estoy primero en las encuestas. Quiero construir una relación con otras fuerzas políticas porque el problema no es ganar las elecciones, sino ganarlas y gobernar correctamente un país".
"Hoy tenemos 19 millones de personas con hambre, 116 millones con problemas de seguridad alimentaria, 15 millones de personas que están desempleadas, 33 millones que trabajan de manera intermitente. Precisamos un acuerdo con las fuerzas democráticas del país para ganar las elecciones y que el pueblo vea que se puede cambiar", definió.
En ese acuerdo, entran fuerzas del espectro político, no solo de izquierda. "Incluye personas que sean democráticas aunque no piensen como el PT, aunque no tengan un pensamiento de izquierda. Lo que importa es el compromiso con el pueblo brasileño. Hay mucha gente que no es de izquierda que quiere recuperar el Brasil, que quiere recuperar el orgullo y mejorar el país. Nos queremos juntar con esas personas y mostrarle al mundo que podemos hacer un país símbolo de la conquista del pueblo pobre. Es la única razón por la cual puedo volver a ser candidato y es un compromiso", sostuvo. "Cuando dejé la presidencia tenía el 87% de imagen positiva. No puedo volver y ser peor, tengo que ser mejor", afirmó.
Identidades, conducido por Mariana Verón, se transmite todos los sábados a las 22 por la pantalla de IP.