A 20 años de diciembre de 2001, Martín Galli cuenta cómo sobrevivió a la represión policial
Martín Galli es uno de los sobrevivientes de las protestas del 20 de diciembre de 2001. Durante la jornada represiva en Plaza de Mayo, recibió un disparo en la cabeza por parte de la Policía Federal. Movilizado por las imágenes televisivas que mostraban la brutal represión de la policía montada a las Madres de Plaza de Mayo, Galli decidió acercarse para defenderlas. "
Llegué de trabajar y vi cómo la policía montada reprimía a las Madres de Plaza de Mayo. Eso me pareció un extremo insoportable", explicó. En aquel momento era un joven de 26 años que vivía en San Justo y combinó trenes, colectivos y subte para llegar. Martín y sus amigos lograron escapar de la policía montada pero se vieron fuertemente afectados por los gases lacrimógenos.
¿Qué le pasó a Galli?
Cuando Martín y sus amigos intentaban recuperarse en la plazoleta de Av. Corrientes y Cerrito, policías con chalecos de la Federal les dispararon desde unos vehículos. "Llegamos al Congreso a eso de las tres de la tarde. Quisimos ir a Plaza de Mayo pero estaba vallada, pero terminamos en la 9 de Julio porque había gente concentrada. Estábamos descansando cuando vemos que vienen del lado de Constitución, dos autos y una camioneta. Se frenan de la mano contraria, bajan y comienzan a disparar", recordó Galli.
Una esquirla impactó en la cabeza de Martín, dejándolo moribundo sobre la 9 de Julio. Su salvador fue Héctor "El Toba" García, un docente de Zona Oeste que comenzó a practicarle maniobras de RCP que lograron reanimarlo, mientras yacía en el asfalto. "La esquirla de la bala me entra por la nuca y queda alojada en el hemisferio delantero de la cabeza. En ese momento, García me hizo una reanimación que me salvó la vida. Estuve internado varios meses, luego en silla de ruedas y comencé una terapia psicológica. Tenía la impresión de que el Estado me había querido matar", rememoró.
Las secuelas de la represión
Además, Martín tuvo que afrontar las consecuencias de salud que le dejó el disparo alojado en su cabeza. "De un día para el otro perdí el trabajo y dejé el estudio porque estaba concentrado en mi rehabilitación. Estuve en silla de ruedas con medicación y casos de epilepsia. Me tuve que dedicar a reconstruirme. Fue cerrar los ojos con el balazo y cuando me desperté era todo distinto", contó Galli a IP.
Por otra parte, Martín explicó que le gustaría que hubiera un mayor compromiso social con la fecha. "A veces pareciera que todo esto pasó hace dos mil años, y nadie lo recuerda. Sobre todo las nuevas generaciones que se han olvidado de lo que pasó. Son fechas que tienen que recordarse. No porque yo haya estado involucrado, sino porque fue una protesta que pedía mejores condiciones de vida para el pueblo", resumió.