Media sanción en Diputados para la nueva ley de VIH
La Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría el proyecto de ley de VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual. La misma propone un abordaje integral desde la salud colectiva y brindar contención e información para derribar perjuicios y situaciones de discriminación. La iniciativa consiguió 241 votos a favor, aportados por el Frente de Todos, Interbloque Federal, Provincias Unidas y la mayoría del bloque de Juntos por el Cambio, y 8 votos en contra de agrupaciones de derecha y Juntos por el Cambio.
El proyecto fue presentado por la diputada del Frente de Todos Carolina Gaillard y contó con el consenso de casi todo el arco político. La normativa, aprobada este 5 de mayo, tiene como objetivo regular la intervención estatal en la respuesta a la infección VIH, las hepatitis Virales, la Tuberculosos y las Infecciones de Transmisión Sexual. Además, procura eliminar el estigma que aún persiste sobre pacientes que padecen estas enfermedades y adoptar un enfoque de género y derechos humanos.
¿Qué propone la nueva ley de VIH?
Con el fin de eliminar la estigmatización de las personas que son positivo de VIH y demás infecciones, la nueva ley propone prohibir los test de VIH, Hepatitis, TBC e ITS en los exámenes médicos preocupacionales. Además, garantizar la instrumentación de pensiones no contributivas para aquellos que padezcan dichas enfermedades que tengan necesidades insatisfechas. Por otro lado, impulsa la creación de una Comisión Nacional de VIH, Hepatitis, TBC e ITS integrada por distintos ministerios, sociedades científicas y organizaciones de la sociedad civil expertos en el tema.
La nueva ley de VIH exige garantizar el acceso universal y gratuito al tratamiento médico, tanto en prestadores públicos como privados y para todas las personas expuestas o afectadas; promover campañas masivas de difusión, testo y prevención de contagios, como así también aumentar la capacitación e investigación.
Otro de los puntos claves de la normativa es la creación de un régimen de jubilación especial, de carácter excepcional para quienes transiten las enfermedades de VIH y hepatitis B o C. De este modo, quienes acrediten al menos 10 años desde el diagnóstico de la enfermedad y 20 años de aportes jubilatorios, pueden solicitar la jubilación a partir de los 50 años de edad.