La Masacre de Napalpí fue la matanza más grande sobre las comunidades Qom y Moqoit. El hecho tuvo lugar el 19 de julio de 1924 en el entonces territorio nacional de Chaco y murieron más de 400 personas en manos de las fuerzas de seguridad.
El episodio se dio en el marco de una protesta de los pueblos originarios en contra de la violencia y explotación a la que eran sometidos en la producción y cosecha del algodón.
El contexto
La Reducción Aborigen de Napalpí fue uno de los espacios que el Estado creó para explotar como mano de obra barata a las poblaciones originarias. En ese entonces, el presidente argentino era Marcelo T. de Alvear.
En 1920, Chaco se perfilaba como el primer productor nacional de algodón y para aumentar sus ganancias, los terratenientes sometían a los pobladores a trabajar en semi-esclavitud, bajo pésimas condiciones de vida.
Por tal motivo, los trabajadores de Napalpí hicieron una huelga pacífica en reclamo de retribución justa y mejores condiciones, mientras planeaban marchar a los ingenios azucareros de Salta y Jujuy.
En medio de la huelga, el gobernador Fernando Centeno ordenó reprimirlos y en solo tres horas, 130 hombres pertenecientes a fuerzas policiales, gendarmes y hasta civiles armados, rodearon el lugar y masacraron a los manifestantes. El resultado fue una de las mayores masacres cometidas contra pueblos originarios en la República Argentina, en la que resultaron asesinadas alrededor de quinientas personas.
El juicio
El histórico juicio oral por la verdad sobre la Masacre de Napalpí culminó en mayo de 2022 con la sentencia en la cual la jueza federal Zunilda Niremperger dictaminó “como hecho probado que existió responsabilidad del Estado nacional en los delitos de homicidio agravado y reducción a la servidumbre como crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco de un proceso de genocidio de los pueblos indígenas”.
La sentencia dictada por el Juzgado Federal N°1 de Resistencia indica que el Estado argentino deberá aplicar medidas reparatorias:
- Coordinar trabajos en la zona para ubicar fosas comunes
- Restituir a la comunidad los restos óseos encontrados
- Constituir un sitio de memoria y museo en el lugar