El 11 de noviembre de 1951 las mujeres argentinas ejercieron por primera vez su derecho al voto y a ser elegidas como representantes.
La ley de voto femenino, también conocida como Ley Evita, había consagrado en 1947 una lucha de décadas. Cuatro años más tarde, la presencia de las mujeres en las urnas, pero también en cargos políticos, marcó un antes y un después en la vida democrática del país.
La figura de Eva Perón fue central para garantizar los derechos cívicos de la mujer. Su influencia en el segundo mandato de Juan Domingo Perón condensó la lucha que los movimientos de mujeres venían impulsando desde la sanción de la Ley Sáenz Peña.
Sufragistas como Julieta Lanteri, Elvira Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau, junto a radicales, socialistas, comunistas y librepensadoras se habían organizado por la conquista del derecho a votar, que desde 1912 era exclusivo para hombres mayores de 18 años.
Un movimiento por los derechos políticos
La ley de sufragio femenino fue promulgada y reglamentada en 1947. Como antecedente, Argentina había suscripto las Actas de Chapultepec en 1945 que solicitaban el otorgamiento del sufragio a las mujeres.
"Recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”, exclamó Evita el 9 de septiembre de 1947, ante una multitud de mujeres que se manifestaban en la Plaza de Mayo.
Sin embargo, la estructura administrativa y jurídica que el país tenía para entonces no garantizaba materialmente los derechos políticos para esta parte de la población. En 1949 se fundó el Partido Peronista Femenino (PPF) con Eva Perón como primera presidenta.
Organizados en esa fuerza política integrada al justicialismo, movimientos de mujeres trabajaron para encontrar, identificar y otorgarle sus libretas cívicas a quienes votarían por primera vez en 1951. La tarea de las delegadas censistas del PPF en todas las provincias del país hizo posible esta gestión.
El nuevo partido no sólo se encargó de territorializar el nuevo derecho adquirido. También fomentó la acción política directa de mujeres con su participación en actos, actividades partidarias y campañas. Esto sentó las bases para la presentación de varias candidaturas del PPF en 1951.
Victoria del peronismo en 1951
La presencia femenina en las urnas el 11 de noviembre en 1951 fue masiva: de los 8.623.646 de electores que figuraban en el padrón, 4.222.467 eran mujeres.
De ese total, el 90,32% se hizo presente en las urnas y más de la mitad votó al peronismo, representado por Perón como candidato a presidente por el Partido Peronista. El resto de las electoras, 1.375.096, lo hicieron por otras fuerzas políticas, que en total sumaban ocho candidaturas.
La elección fue histórica también por otros motivos. Perón ganó y fue electo con el 63,51% de los votos, convirtiéndose en el primer presidente de la historia argentina en lograr la reelección inmediata.
El PPF, integrado a la plataforma electoral del PP, logró la elección de 23 diputadas nacionales y 6 senadoras nacionales, siendo la única fuerza política con representantes mujeres ocupando por primera vez bancas legislativas en Argentina.
Para las elecciones de 1953, el Congreso Nacional llegó a una composición de 30% de mujeres, algo que no se repitió hasta fines de los 90, con la aplicación de la Ley de cupo.