Reforma jubilatoria en Francia: ¿es posible revertirla?
Unas 750 mil personas continúan protestando en las calles de París por la posible reforma jubilatoria propuesta por el presidente francés Emmanuel Macron. La iniciativa generó rechazo por el aumento gradual en la edad de la jubilación de 62 a 64 años.
"Los sindicatos tienen cada vez más apoyo y la reforma jubilatoria suma rechazos", destacó la abogada Carla Arias Raed desde París. La fecha estipulada para conocer si es posible revocar la decisión es el 14 de abril, cuando el Consejo Constitucional de ese país se exprese.
La reforma
La reforma jubilatoria en Francia se refiere a una serie de modificaciones en el sistema de pensiones del país. Según el gobierno galo, el fin de esta medida es abordar el supuesto déficit crónico del sistema para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
Entre las principales preocupaciones que han motivado las movilizaciones se encuentran el aumento gradual de la edad de jubilación y la reducción de los beneficios de pensiones especiales. Estos últimos están disponibles para ciertos grupos de trabajadores, como los empleados del sector público. Los cambios podrían significar que los trabajadores trabajen más años para recibir una pensión completa y que los beneficios de ciertos trabajadores se reduzcan en el futuro.
También hay resistencia sobre la propuesta del Gobierno de reemplazar los 42 regímenes diferentes de pensiones existentes por un sistema universal de pensiones. Argumentan que esto eliminará las protecciones y beneficios específicos de ciertos grupos y que puede tener consecuencias negativas para su calidad de vida y la de sus familias.
Los sindicatos y el apoyo popular
La medida propuesta por Macron podría sancionarse el 14 de abril, pero continúa sumando repudio social. "El ejecutivo pensó en su momento que las medida de fuerza de los sindicatos iban a perder fuerza, pero la realidad es que pasó lo contrario", destacó Arias Raed en diálogo con Imagen Positiva.
La intensa actividad de las movilizaciones produjo una serie de inconvenientes en el transporte público, en particular en las frecuencias de los trenes y en la reducción de vuelos programados en los aeropuertos de Marsella, Toulouse, Burdeos y Nantes.
Además, los reclamos se extendieron a otros sectores, como la educación, las empresas energéticas y el servicio de recolección de residuos, donde se llevaron a cabo medidas de fuerza en apoyo a las protestas.
"Macron empezó a evaluar la posibilidad de recibir a los sindicatos para poder tener un diálogo a puertas abiertas, porque la gente está a favor de no reformar", declaró Raed.