Cómo fue el "blindaje" con el FMI que negoció Fernando de la Rúa en el 2001
Los políticos reaccionaron de forma negativa a la propuesta de la precandidata a presidenta, Patricia Bullrich, de recurrir nuevamente al Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr un "blindaje" en la economía.
El rechazo se debió a que el expresidente Fernando de la Rúa en 2001 negoció un "blindaje" con el FMI que resultó en un estallido social que incluyó una fuerte represión policial y culminó con su renuncia.
En esta nota, un análisis sobre cómo fue el blindaje con el FMI que Fernando de la Rúa implementó en 2001.
Qué fue el blindaje
El blindaje económico fue un paquete de ayuda financiera acordado entre Argentina y organismos internacionales, principalmente el Fondo Monetario Internacional (FMI), para intentar estabilizar la economía del país durante la crisis.
Sin embargo, este panorama apuntalado por el uno a uno (un peso valía lo mismo que un dólar), generó una burbuja económica que acumuló una alta deuda externa y déficit fiscal.
Con la llegada de De la Rúa a la presidencia, la economía comenzó a desacelerarse y los grandes inversionistas empezaron a retirar sus fondos, lo que provocó una fuga de capitales y una crisis económico social sin precedentes.
En este marco, el expresidente radical nombró al exministro de Economía de Menem, Domingo Cavallo, quien fue autorizado por el gobierno a tomar dos grandes deudas con organismos de crédito: el megacanje y el blindaje.
La designación de Cavallo fue recomendada por la entonces ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, hoy precandidata presidencial de Juntos por el Cambio. Bullrich, también aplicó una política de ajuste y recorte del 13% de las jubilaciones y salarios de la administración pública, incluídos los docentes.
Si bien los créditos fueron tomados con el objetivo de fortalecer las reservas del Banco Central y estabilizar la moneda, el dinero formó parte de la fuga de capitales y el consiguiente colapso del sistema financiero argentino.
La crisis del 2001
El blindaje se presentó como un préstamo con el FMI por un monto cercano a los 40 mil millones de dólares.
Este monto estaba destinado a proporcionar apoyo financiero para detener la devaluación del peso, fortalecer reservas del BCRA e implementar políticas fiscales para reducir el déficit y la emisión monetaria.
A pesar de esto, la crisis no se pudo controlar y la situación empeoró en los meses siguientes. Los recortes presupuestarios y las políticas de austeridad llevaron a una creciente insatisfacción social, y se produjeron protestas masivas en todo el país.
En diciembre de 2001, la crisis llegó a su punto más crítico, y ante la falta de confianza en el gobierno y las instituciones, Fernando de la Rúa renunció a la presidencia, dejando a Argentina sumida en una de las peores crisis económicas y sociales de su historia.