El fin del lawfare: qué pasó durante los 580 días de Lula en la cárcel
El Supremo Tribunal Federal de Brasil aceptó el pedido de anulación de las pruebas obtenidas por el exjuez Sergio Moro y los exfiscales de la causa por el denominado Lava Jato.
La solicitud había sido llevada a cabo por la defensa del presidente de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, quien a causa de la condena estuvo prescripto de las elecciones presidenciales de 2018. Pero su vida no se detuvo a partir del encierro.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) había sido declarado culpable y condenado a prisión por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Ese año, Jair Bolsonaro le ganó a Fernando Haddad y se convirtió en primer mandatario.
Durante un año y medio privado de su libertad y la actividad política, y mientras Bolsonaro ejercía la presidencia con Moro como ministro de Justicia, Lula atravesó un año y medio muy intenso.
Fallecimiento de Arthur, nieto de Lula
Arthur Araújo Lula da Silva, nieto de Lula, falleció en marzo de 2019, a los 7 años, a causa de una meningitis meningococa por la que había sido internado en un hospital en San Pablo. Para entonces, el abuelo del niño llevaba casi un año cumpliendo condena en el penal de Curitiba.
Autoridades del PT que mantenían contacto con Lula informaron que se encontraba muy abatido por la noticia. Asimismo, presionaron para que una jueza de primera instancia habilitara el viaje del expresidente para que asistiera al velorio en San Pablo, junto a su familia.
Aunque el permiso está previsto en la ley, un mes antes Lula ya había sido impedido de viajar al funeral de su hermano, Vavá, fallecido a los 79 años. En esa oportunidad, la Corte Suprema brasileña terminó habilitando la salida transitoria del líder, pero esa autorización llegó a 20 minutos del inicio de la ceremonia.
Finalmente, el líder del PT pudo dar el último adiós a su nieto en la localidad de San Bernardo do Campo. Sin embargo, se le prohibió dar declaraciones y permanecer más de dos horas en el lugar, donde fue recibido por militantes y trabajadores del Sindicato de Metalúrgicos.
Entre el fallecimiento de Arthur y el viaje de Lula para despedirlo, dirigentes y referentes del bolsonarismo difundieron mensajes de odio y violencia contra su adversario político y familiares.
Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, criticó la autorización judicial para que el "ladrón" viajara a San Pablo y pudiera mostrarse como un "pobrecito".
La relación con Rosangela "Janja" da Silva
La socióloga y militante política Rosangela "Janja" da Silva, esposa de Lula y próxima primera dama de Brasil, acompañó al expresidente con visitas frecuentes durante su reclusión en Curitiba.
Aunque la relación de pareja se confirmaría una vez suprimida la condena judicial, Janja usó sus redes sociales para dedicar mensajes de amor y apoyo al líder del partido en el que milita desde joven durante el encierro. Para entonces, los rumores indicaban que ambos habían empezado a verse a fines de 2017 a partir de un acto partidario.
El vínculo se hizo público durante los últimos meses de prisión del fundador del PT. Desde el entorno de Lula afirmaban que estaba "enamorado y su primer proyecto al salir de prisión es casarse", lo cual se concretaría en mayo de 2022, cuando el presidente electo se encontraría en plena campaña para la elección que lo enfrentó a Bolsonaro.
La primera aparición pública de Janja y Lula juntos fue el día en que familiares y militantes acompañaron al dirigente en su salida del penal. "Quiero presentarles a alguien que ya he mencionado, pero que no todos conocen: mi futura compañera", dijo el próximo presidente, anunciando que ya tenía decidido contraer su tercer matrimonio con la futura primera dama.