En la primera entrega del informe de Telenueve e IP sobre "Empleo Joven: Una deuda pendiente", seguimos el relato de Agustina Riccardi, Kevin Mayhua y Nahuel Ayala Fernández, tres jóvenes sub 25 que se enfrentan a una realidad común para quienes salen del secundario: la desocupación.
Según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Argentina es el país con mayor desempleo juvenil del Cono Sur. La pandemia fue uno de los factores que definieron las dificultades de encontrar empleo para este rango etario, donde la desocupación para las mujeres ascendió un 24,9 % y en los hombres alcanzó el 17%.
Para la vida de los tres jóvenes, los factores principales que influyen en su dificultad para ingresar a la vida laboral no solo es la escasez de trabajo, sino las pretensiones que cada lugar espera de sus empleados inclusive para puestos iniciales. Esto tiene como resultado una fluctuación juvenil al mercado laboral informal, como una manera de poder ingresar a la fuerza laboral.
"Esta difícil encontrar a une empleadore decente, que te trate más o menos bien y que te respete siendo joven, sin tener tanta experiencia", cuenta Agustina Riccardi, quien actualmente está trabajando en negro en un depósito de alquiler de vestuario, el cual consiguió luego de haber sido despedida como empleada administrativa en un estudio contable que debió reducir personal a causa de la primera ola de la pandemia.
Encontrar trabajo en la informalidad también supone una de las más grandes problemáticas del trabajo nacional: según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), seis de cada diez jóvenes que trabajan lo hacen de manera precarizada. Esto significa usualmente trabajar bajo el salario mínimo (o menos), horas no reguladas, en situaciones insalubres y sin acceso a la protección social (como vacaciones pagas, licencias por estudio ni aportes jubilatorios).
"Yo quiero algo fijo, algo que pueda poner en el currículum y que la gente mire y diga 'Nahuel tiene experiencia, puede servirme para este trabajo'. Deberíamos poder progresar, pero está complicado para todos, todas y todes. No hay distinción en eso", agregó Nahuel Ayala, quien está estudiando hace dos años la carrera de Traducción.