Río de Janeiro: ya son más de 130 los muertos por el megaoperativo contra el narcotráfico

La cifra de muertos por el megaoperativo policial en Río de Janeiro sigue en aumento y ya supera las 130 víctimas, según la Defensoría Pública. En las últimas horas, vecinos de la favela de Penha trasladaron decenas de cuerpos hasta una plaza para intentar identificarlos. Las imágenes, que muestran una larga fila de cadáveres cubiertos con plásticos y telas, reflejan la magnitud de la tragedia que dejó la operación más grande en la historia de la ciudad contra el grupo narco Comando Vermelho.

Durante la madrugada, los residentes de la zona de Vacaria, en la Serra da Misericórdia, recuperaron unos 56 cuerpos y los llevaron en camionetas hasta la plaza São Lucas, donde familiares y amigos buscaban reconocer a sus seres queridos. “¿Cómo pudieron destruir tantas vidas y salirse con la suya?”, se escuchó decir a una mujer mientras acariciaba el rostro de su hijo fallecido, según medios locales.

Desde Río de Janeiro, Brian Bobanovic informó para IP Noticias que, pese al horror vivido en las últimas jornadas, “la vida del turismo sigue relativamente igual: los subtes y colectivos ya se normalizaron”. Sin embargo, la sensación de miedo y las secuelas del operativo siguen presentes entre los vecinos, que denuncian la desaparición de personas y un número de víctimas aún mayor al oficial.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se mostró “horrorizado” por la cantidad de muertos y convocó a una reunión de emergencia con su gabinete para evaluar la situación. Según confirmó el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, el Gobierno ofreció al estado de Río la posibilidad de trasladar a presos de facciones criminales a cárceles federales de máxima seguridad, aunque por el momento descartó enviar tropas del Ejército.

El operativo, que movilizó a unos 2500 policías y militares, buscaba capturar a líderes del Comando Vermelho y desmantelar su estructura en las favelas de Penha y Alemão. En el procedimiento fueron detenidas 81 personas y se incautaron más de 90 fusiles y media tonelada de drogas.

Mientras las autoridades defienden la acción como un golpe histórico al narcotráfico, organismos de derechos humanos cuestionan la falta de transparencia y denuncian una “masacre” en las comunidades más pobres. Las escenas de cuerpos en las calles de Río profundizan el debate sobre el uso de la fuerza y la política de seguridad en Brasil.