El Gobierno pagó 822 millones de dólares al FMI y volvió a presionar las reservas

El Gobierno argentino realizó este lunes un pago de 822 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente a intereses del acuerdo de refinanciación firmado por Mauricio Macri en 2018, cuando Luis Caputo ocupaba el cargo de ministro de Finanzas. La operación implicó un nuevo drenaje de reservas en un momento de fuerte presión cambiaria.

El mes de noviembre cerró así con vencimientos por 1.038 millones de dólares, a los que se sumaron otros 217 millones comprometidos con distintos organismos multilaterales. Según datos oficiales, la deuda externa bruta total del país alcanzó los 305.043 millones de dólares en el segundo trimestre de 2025, reflejando la pesada herencia financiera que el actual gobierno sigue afrontando.

A diferencia de los pagos de capital, los intereses no pudieron postergarse, lo que obligó a una salida inmediata de divisas del Banco Central (BCRA). Según el último informe del organismo, las reservas internacionales cayeron de 40.495 a 39.382 millones de dólares en apenas 24 horas, debido a ajustes de fin de mes y la presión del mercado cambiario.

Las reservas netas se ubicaron en torno a 11.600 millones de dólares, un nivel que los analistas consideran insuficiente para cumplir con la meta pactada con el FMI, que exige acumular más de 8.000 millones adicionales antes de fin de año.

De acuerdo con estimaciones privadas, el Tesoro nacional contaba con los fondos para cubrir el pago, aunque con márgenes muy ajustados tras las intervenciones cambiarias previas a las elecciones de medio término. Consultoras del sector señalaron que en los últimos días el Tesoro habría adquirido unos 700 millones de dólares, posiblemente con asistencia del BCRA.

Varios economistas del sector privado coinciden en que será necesario un canje de deuda que alivie los compromisos de 2026 y 2027, junto con una reducción de encajes bancarios para liberar liquidez.

Con este pago, el Gobierno cerró el calendario 2025 con el FMI, aunque la tensión financiera persiste. En un contexto de reservas debilitadas y promesas de estabilidad fiscal, el equipo económico enfrenta ahora el desafío de mantener la calma de los mercados mientras intenta sostener el relato de “orden macroeconómico” que, en la práctica, sigue dependiendo de créditos heredados y ajustes permanentes.