“Paz, pan y trabajo”: a 39 años de un paro que marcó al país
Uno de los paros más importantes en nuestra historia fue en el período final de la dictadura más sangrienta de Argentina. El 30 de marzo de 1982, más de 50.000 personas colmaron la Plaza de Mayo, mientras regía el gobierno de facto de Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Arturo Lami Dozo.
Bajo la consigna de "Paz, Pan y Trabajo", el movimiento obrero argentino, en ese momento al mando de Saúl Ubaldini, se enfrentó al gobierno genocida a días del comienzo de la Guerra de Malvinas, quizás el último manotazo para sostener el poder.
Seis años del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” fueron suficientes para romper el tejido social, destruir el empleo y sumir en la pobreza a miles de familias argentinas.
La dictadura se había ensañado particularmente con el movimiento obrero: con la Ley 21.261 suspendió el derecho a huelga, con la Ley 21.536 prohibió la actividad gremial y con la Ley 21.263 eliminó el fuero sindical. Y estas son sólo algunas de las normas tomadas públicamente. A la sombra, miles de trabajadores y trabajadoras fueron secuestrados, torturados y desaparecidos por el gobierno.
Saúl Ubaldini, líder de la CGT Brasil, fue la figura al frente de esta movilización. La represión de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad no tardó en llegar. Hubo cientos de heridos, detenidos y una persona asesinada en la provincia de Mendoza.
Tal fue el impacto del paro en el gobierno militar, que la cúpula decidió adelantar la invasión a Malvinas y el comienzo de la Guerra para el 2 de abril, algo que, según se supo después, se pensaba para mayo de 1982.