A 65 años que Jonas Salk salvó al mundo de la poliomelitis
Luego de la primera ronda de testeos masivos, el investigador Jonas Salk le anunció al mundo que ese 12 de abril de 1955 la vacuna contra la poliomelitis era segura. Y fue también la primera vez se le dijo a la Humanidad que existía una manera de prevenir esta enfermedad que la aterrorizó durante 100 años en forma de epidemias intermitentes. A diferencia de las vacunas contra el coronavirus, para Salk no existía una cuestión de dinero en su patente, lo cual habilitaría a los países poder fabricarla y distribuirla gratuitamente. Cuando un periodista de la CBS le preguntó al investigador acerca de esto, la respuesta muestra el carácter de su decisión: "bueno, diría que esta vacuna es propiedad de la gente. No hay patente. ¿Podrías patentar al sol?".
La poliomelitis es una enfermedad infecciosa ya casi olvidada en el occidente. El 90% de los afectados la transcurre como asintomática, pero su forma más grave afecta al sistema nervioso central al punto de poder provocar la muerte. Fue esta enfermedad la que popularizó la utilización de los "pulmones de acero", el receptáculo que ayudaba a la respiración y que condenaba a la muchos de sus pacientes a pasar su vida entera encerrados en el tanque.
En Argentina, la poliomelitis se convertía en epidemia cada casi 5 años. Primero contagió a la región de Santa Fe en 1936 y llegó hasta Buenos Aires. La enfermedad resurgió en 1942 y luego en 1946. Ya para el brote de 1956, los medios declaraban al país como una región sin memoria para esta enfermedad: recién entonces se tomaron medidas de cuarentena y se enviaron especialistas para estudiar la famosa vacuna de Jonas Salk.