Día Nacional de la Donación de Órganos: la cirugía que cambió la vida humana
Cada 30 de mayo se conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, con la finalidad de crear conciencia sobre el valor social que implica la donación para salvar vidas. La fecha, promovida por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), fue instaurada en 1998 en el país y motiva a personas y familiares a realizar un acto solidario de gran valor médico y social. El día fue seleccionado para recordar el nacimiento del primer bebé de una paciente que recibió un trasplante en un hospital público.
Ley Justina
Con la sanción de la Ley Justina, el 26 de julio de 2018, se estableció que toda persona mayor de 18 años es donante de órganos en Argentina, salvo que deje constancia de lo contrario. En el 2019, la tasa de donantes de órganos en la Argentina alcanzó apenas los 20 por millón de habitantes. La tecnología médica habilitó que la donación pueda hacerse inclusive con donantes vivos y que cada vez más tejidos sirvan para poder trasplantarse. ¿Qué nos falta para perfeccionar este procedimiento milagroso? Encender la solidaridad humana y concientizar, tanto nacional como internacionalmente, la necesidad de la donación de órganos.
Los objetivos de esta ley son no solo aumentar la cantidad de donantes sino también que el sistema de salud esté capacitado para responder y que esos órganos lleguen en tiempo y forma a quien los necesita. Se crearon, con ella, el Servicio de Procuración en los hospitales públicos y privados (con servicios destinados a la donación de órganos y tejidos, que permitan garantizar la correcta detección, evaluación y tratamiento del donante) y la Donación Renal Cruzada, el mecanismo que se usa en los casos en que el receptor no tiene donantes relacionados biológicamente que sean compatibles con él.
El inicio
La historia indica que los primeros intentos de trasplantar órganos se produjeron el siglo VII A.C, pero no fue hasta 1902 que se hicieron realidad gracias al médico Alexis Carrel. El galeno y biólogo francés descubrió cómo ligar arterias y venas para comenzar con las microcirugías que habilitarían las donaciones exitosas. Este hallazgo habilitó al cirujano inglés, Mathieu Jaboulay, a practicar el primer trasplante renal en 1906.
Aunque la experimentación con donación y trasplante era frecuente, surgió otro problema: la mayoría de los pacientes fallecían de septicemia o rechazo del órgano trasplantado. En 1972 se descubrió la ciclosporina, un medicamento inmunosupresor que relaja las defensas del cuerpo para que no rechace el órgano trasplantado. Gracias a ese descubrimiento, las cirugías de trasplante pudieron masificarse con una gran tasa de supervivencia.
Pero a pesar que las cirugías se perfeccionaron, el reto que frena el avance de estos procedimientos es otro: la resistencia humana a entender la importancia de la donación de órganos. Si una sola persona dona todos sus tejidos y órganos, puede llegar a salvar a 800 personas.