El 2 de julio de 1992 se realizó la primera Marcha del Orgullo gay-lésbico-trans en la Argentina. Cerca de 300 personas se movilizaron desde Plaza de Mayo hasta el Congreso bajo la consigna "Libertad, Igualdad, Diversidad".
Al igual que en otros países, el acto tuvo lugar días después del 28 de junio, establecido como Día del Orgullo en conmemoración de la revuelta de Stonewall ocurrida en Nueva York en 1969.
Desde entonces, la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex y queer se reúne públicamente cada año en busca de la visibilización de sus reclamos y conquistas de derechos.
Aunque la primera movilización fue el 2 de julio, desde 1997 se consensuó que la Marcha del Orgullo en Argentina se realice el 1 de noviembre. La selección de esa fecha conmemora la fundación del colectivo "Nuestro Mundo", la primera organización disidente del país y de América Latina.
Un movimiento en busca de visibilización
La revuelta de Stonewall se considera un emblema de las manifestaciones públicas y masivas de las comunidades en lucha por derechos de las diversidades sexuales. El hito se marcó cuando la policía estadounidense reprimió a cientos de personas hispanas, afros, homosexuales, lesbianas y trans que frecuentaban el bar neoyorquino Stonewall Inn.
Si bien existían grupos organizados previamente, Stonewall marcó un precedente internacional en cuanto a la visibilidad del colectivo LGTBIQ+ y sus reclamos.
En Argentina, Nuestro Mundo se convertiría en el Frente de Liberación Homosexual (FLH), con Néstor Perlongher y Manuel Puig, como principales referentes. Durante los 70, el FLH reunió a grupos y organizaciones de homosexuales y lesbianas de diversas vertientes ideológicas con el fin de incorporar a las sexualidades en el debate político.
En 1984, en el marco de la vuelta a la democracia, los activistas Carlos Jauregui y César Cigliutti formaron la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) con el objetivo de luchar contra la represión y los edictos policiales heredados de la dictadura militar.
Ochos años después, la CHA junto a otras organizaciones impulsaron la primera marcha por los derechos de personas gay y lesbianas. Con el tiempo, se sumaron nuevas agrupaciones que reflejaban la diversificación de las identidades, de tal manera que para la marcha de 1993 se incorporó la sigla LGT.
Algunas de ellas eran Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA), Transexuales por el derecho a la vida (TRANSDEVI), Grupo de Investigación en Sexualidad de Investigación Social (ISIS), Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) y Convocatoria Lesbiana.