El Gobierno se lanza por una "Ley Bases II" y nuevas reformas clave

A tan solo días de las elecciones legislativas, el Gobierno de Javier Milei intensifica su agenda de reformas con el lanzamiento de la “Ley Bases II”. Este nuevo paquete, que busca dar continuidad a las medidas que no fueron incluidas en la primera ley sancionada en junio de 2024, propone cambios estructurales en áreas clave como la reforma laboral y previsional. La información fue confirmada por Alejandro Cacace, secretario de Desregulación y segundo de Federico Sturzenegger, quien aseguró que el objetivo es avanzar con un conjunto de reformas que allanen el camino para la atracción de inversiones.

El oficialismo ha ido adaptando su discurso conforme avanzan los meses, pasando de una postura inicial de rechazo a negociar a aceptar modificaciones que diluyeron el contenido original de la Ley Bases. En su versión inicial, el proyecto tenía 664 artículos, pero luego de un largo proceso de negociación con los bloques dialoguistas, se redujo a 238, excluyendo entre otros el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023. Esto refleja la flexibilidad del Gobierno frente a la realidad parlamentaria, aunque también evidencia las limitaciones que enfrenta para impulsar su agenda sin concesiones.

“El paquete que estamos presentando incluye todo lo que quedó afuera de la Ley Bases original, pero también incorpora otros elementos importantes, como la reforma laboral y previsional”, señaló Cacace. Entre las reformas que se mencionan se destacan la modificación del sistema tributario, la revisión de la coparticipación, y una apertura más decidida al comercio internacional, aunque la viabilidad de muchas de estas propuestas sigue siendo incierta.

Uno de los puntos clave de esta nueva ronda de reformas es la “Ley Hojarasca”, cuyo objetivo es eliminar regulaciones obsoletas y hacer más eficiente la burocracia estatal. Sin embargo, este es el segundo intento del Gobierno por impulsar este proyecto, que ya fracasó una vez cuando quedó estancado en la Comisión de Presupuesto.

A pesar de estos anuncios, el panorama político sigue siendo complejo para el oficialismo. Aunque las reformas prometen ser “transformadoras”, la falta de mayoría propia en el Congreso será un factor determinante. La necesidad de negociar con gobernadores, aliados y otros actores políticos podría diluir las propuestas iniciales, tal como ocurrió con la Ley Bases original. Y si bien el Gobierno de Milei ha mostrado disposición para avanzar en las reformas, la realidad es que la oposición, que en muchos casos ha sido crítica de las medidas propuestas, sigue jugando un papel clave en este proceso.

Otro punto que ha generado críticas es el recorte de gasto público. El Gobierno, en su afán de reducir la estructura del Estado, eliminó 400 áreas y despidió a miles de trabajadores públicos, como destacó Maximiliano Fariña, secretario de Transformación del Estado. Si bien la reducción del gasto es una de las banderas del oficialismo, este enfoque ha sido cuestionado por algunos sectores, que lo ven como una estrategia que prioriza el ajuste fiscal por encima de la inversión social. En este contexto, el superávit fiscal, anunciado como un éxito, no se ha traducido en un aumento de la inversión en áreas clave como la salud o la educación, lo que ha generado un malestar creciente en algunos sectores.

Por otro lado, el Gobierno ha sido criticado por no cumplir con varias leyes aprobadas por el Congreso, como las de Emergencia en Discapacidad, Financiamiento Universitario y Emergencia en Pediatría. Estas leyes, que aún no cuentan con la financiación necesaria, han sido ignoradas por el Ejecutivo, lo que da cuenta de un desajuste entre las promesas de transformación y la realidad de la gestión.