Gerardo Werthein renunció a la Cancillería a pocos días de las elecciones
El canciller Gerardo Werthein presentó su renuncia al cargo a pocos días de las elecciones legislativas, en medio de un clima de tensiones internas en el Gobierno y diferencias en la política exterior. La dimisión fue aceptada por el presidente Javier Milei, quien ahora deberá definir a su reemplazante en un contexto de recambio más amplio dentro del gabinete.
Werthein, empresario y diplomático de perfil moderado, había asumido en diciembre con el respaldo directo del Presidente. Su salida se produce tras una serie de desencuentros con el entorno más cercano al jefe de Estado, encabezado por Santiago Caputo, principal asesor político y figura de creciente influencia en la gestión.
En los últimos días se habían acumulado señales de distanciamiento. Fuentes oficiales admiten que hubo malestar en la Casa Rosada por la decisión del canciller de anticipar públicamente su salida antes de los comicios. El anuncio generó sorpresa en la coalición oficialista, que buscaba evitar movimientos políticos que pudieran interpretarse como un gesto de inestabilidad.
Durante su gestión, Werthein impulsó una agenda internacional enfocada en el acercamiento a Estados Unidos y en la promoción de acuerdos con organismos multilaterales. También mantuvo diálogo con países europeos y buscó recomponer vínculos con Brasil, aunque esas iniciativas no siempre contaron con el respaldo pleno del equipo económico y de la Cancillería.
En su carta de renuncia, Werthein agradeció la confianza del Presidente y destacó los avances logrados en materia de inserción internacional. Sin embargo, dejó entrever diferencias sobre el rumbo general de la política exterior y el manejo interno del área.
El gobierno aún no confirmó quién ocupará su lugar, aunque trascendió que el propio Milei evalúa mantener el control directo de la Cancillería por un tiempo y apoyarse en Caputo y su equipo para coordinar la transición. La salida del ministro se suma a otras modificaciones recientes en el gabinete, que reflejan un intento del oficialismo por reordenar la gestión antes del nuevo escenario político que dejarán las elecciones.