La CGT eligió nuevas autoridades en medio de tensiones internas

La Confederación General del Trabajo (CGT) renovó sus autoridades en un congreso realizado en el estadio de Obras Sanitarias, en medio de fuertes tensiones internas y con la mirada puesta en el futuro de la negociación con el Gobierno nacional. Finalmente, los gremios alcanzaron un acuerdo para mantener el esquema de conducción colegiada: la nueva cúpula estará integrada por Jorge Sola, del Sindicato del Seguro; Cristian Jerónimo, del Sindicato del Vidrio; y Octavio Argüello, de Camioneros.

La decisión se tomó tras intensas negociaciones que comenzaron días atrás y se extendieron hasta último momento. El gastronómico Luis Barrionuevo había insistido en reemplazar el triunvirato por un único secretario general, propuesta que no prosperó. Su espacio, junto con los colectiveros de la UTA y los ferroviarios de La Fraternidad, expresó su disconformidad y no se descarta que impulse una línea paralela en los próximos meses.

El nuevo liderazgo llega en un contexto complejo para el movimiento obrero, atravesado por las reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei. La Casa Rosada busca avanzar con cambios en los convenios colectivos, en el régimen de indemnizaciones y en la forma de negociar las paritarias, promoviendo acuerdos por empresa y productividad. En ese escenario, la conducción cegetista enfrenta el desafío de mantener la unidad y definir una estrategia común para resistir o condicionar las medidas oficiales.

Dentro de la central también persisten diferencias políticas. Los sectores más cercanos al kirchnerismo, encabezados por Abel Furlán de la Unión Obrera Metalúrgica, plantean una posición más dura frente al Ejecutivo, mientras que otros gremios de servicios, como UPCN y Uocra, promueven un diálogo más pragmático. La candidatura de Maia Volcovinsky, dirigente de Judiciales que había sido impulsada por referentes sindicales mujeres, perdió fuerza en los últimos días y no logró incorporarse a la nueva cúpula.

Con la continuidad del triunvirato, la CGT intentará sostener un equilibrio entre sus diferentes corrientes internas. Sin embargo, la posibilidad de una ruptura no está descartada. El objetivo inmediato será articular una respuesta común ante la reforma laboral y definir si convoca a una nueva medida de fuerza antes de fin de año.