El Papa Francisco celebró la misa de Pascua con un llamado a la comunidad internacional para que lleguen vacunas a los países más pobres. La tradicional ceremonia  se celebró en el Vaticano con ciertos ritos modificados a causa de la pandemia. En lugar de dar sus bendiciones a través del balcón hacia la Plaza San Pablo, que suele estar llena, la misa transcurrió con 200 personas dentro de la Basílica del Vaticano y fue transmitida vía streaming.

Durante la liturgia, el sumo pontífice subrayó la necesidad de la vacunación como arma contra la pandemia y pidió por solidaridad con aquellos países más pobres que no pudiesen acceder a ella. También condenó los conflictos armados alrededor del mundo, mencionando especialmente a Ucrania oriental, Nagorno-Karabaj y a los jóvenes de las protestas pacíficas de Myanmar.

También pidió por el cese de conflictos en Siria, Yemen, Libia e imploró por la paz en la franja de Gaza. Señaló a "los pueblos de África que ven su futuro amenazado por la violencia interna y el terrorismo internacional", particularmente a Sahel, Nigeria, Etiopia y Mozambique. Finalmente mencionó a Irak, país que visitó el mes pasado, para que "pueda continuar por el camino de pacificación que ha emprendido".