Volar en Marte es una hazaña de la ingeniería: es por ello que el mundo tiene los ojos puestos en el primer vuelo del Ingenuity, el dron que viajó junto al rover Perseverance a la superficie marciana.
Si bien el Ingenuity tiene una cámara integrada, la principal prueba que tuvo que superar el dispositivo es mantenerse a vuelo en Marte. El planeta Rojo tiene una gravedad significante (alrededor de un tercio de la que sentimos en la Tierra), pero su atmósfera es un 1% tan densa como la de la Tierra en la superficie. Según la NASA, las condiciones atmosféricas es una de sus mayores preocupaciones: "Durante un día marciano, la superficie recibe la mitad de la energia solar que recibe normalmente la Tierra y sus temperaturas pueden bajar tanto como hasta los -90 Cº, lo cual puede congelar y quebrar los elementos eléctricos", describe en su página oficial.
Por más que las grabaciones del Ingenuity no se diferencien a las de los rovers, el vuelo experimental es un hito del a ingeniería que demostró que es posible aplicar las leyes de la física terrestre en otros planetas.