Las grandes celebraciones de intercambio de regalos vienen seguidas "festivales" de descuentos y promociones que nos invaden por todos los medios de comunicación.
Según José Ortiz, coordinador del grupo del Colegio de Psicólogos de Madrid sobre “Psicología y Marketing, Publicidad y Consumo”, existe un patrón de manipulación del comprador que ayuda a empujar las compras masivas.
“Es el mensaje publicitario que se está generando cada vez más de forma más agresiva con este día: ‘no seas tonto, aprovecha el descuentazo que estoy haciendo’”, dice Ortiz con respecto al Black Friday.
Según Amparo Calandín, del Colegio Oficial de Psicólogos de Valencia, comprar por impulso produce el mismo efecto que una adicción: “la dopamina sube, el sistema de refuerzo aumenta y en la persona que quiera realizar la compra se crea una satisfacción momentánea. Luego cuando llega a casa y se da cuenta que no lo quiere, mientras que en el momento parecía imposible dejarlo”.
Para contrarrestar esto de pequeña manera, la Secretaría de Comercio Interior había creado en octubre el "botón de arrepentimiento", para defender a los consumidores que compraron por impulso.