Entre los festejos de Navidad y Año Nuevo hay tiempo para las bromas y los chistes. Es que cada 28 de diciembre es el Día de los Santos Inocentes. El origen de la celebración de esta fecha está, sin embargo, lejos de tener motivos jocosos.

Este día está relacionado con un relato bíblico y un efeméride del cristianismo. Se recuerda este día porque el rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea entre el año 37 y 1 antes de Cristo, Herodes I el Grande, ordenó el asesinato de dos niños menores de dos años nacidos en la ciudad de Belén, con motivo del nacimiento de Jesús.

Lejos de la tradición cristiana y una veintena de siglos después, el Día de los Inocentes da lugar a bromas pesadas a lo largo del mundo, especialmente en América Latina.

También se relaciona este día con las Saturnales, una serie de fiestas de la antigua Roma en honor a Saturno, dios de la agricultura. Durante dichas celebraciones, muy semejantes a los carnavales, el monarca de entonces acostumbraba a bromear con los asistentes.